Revienta el sol en pétalos de oro, dorando los caminos asfaltados de polvo. Es verano. Las primeras cigarras interpretan su canto agónico, dándole al día un tinte melancólico e íngrimo.
Canta la cigarra y su endecha más bien parece un gemido intenso, una música interminablemente dolorosa: es como si su dolor le causara la alegría de cantar.
Su canción anuncia el advenimiento de la Semana Santa, haciéndonos revivir internamente la Vida, Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
Muere el sol como flor marchita. Es verano. Las primeras cigarras continúan su canto agónico, quebrando el cristal de la noche e imprimiéndole un tinte melancólico e íngrimo.
Canta la cigarra y su endecha más bien parece un gemido intenso, una música interminablemente dolorosa: es como si su dolor le causara la alegría de cantar.
Su canción anuncia el advenimiento de la Semana Santa, haciéndonos revivir internamente la Vida, Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
Muere el sol como flor marchita. Es verano. Las primeras cigarras continúan su canto agónico, quebrando el cristal de la noche e imprimiéndole un tinte melancólico e íngrimo.
Antiguo Cuzcatlán, marzo 18 de 1992
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