miércoles, 30 de abril de 2008

Leer a Ciorán


Ciorán. Fotografía: Thomas Thomas



Es imprescindible leer a Ciorán, como imprescidible es respirar para vivir.


Sus lecturas son necesarias. Sus libros, de cabecera, amedrentan a los demonios en nuestra vigilia y nuestro sueño.

Citando a Ciorán

Caín Nightlord. 
Fotografía: Olga Dietrich


"Cuando el Cristo descendió a los infiernos, los justos de la antigua ley, Abel, Enoch, Noé, desconfiaron de su enseñanza y no respondieron a su llamada. Creyeron que era un emisario del Tentador, cuyas trampas temían. Sólo Caín y los de su especie se adhirieron a su doctrina o fingieron hacerlo, sólo ellos le siguieron y abandonaron con él los infiernos."

Ese maldito yo, p. 11; Tusquets Editores, 5° edición, mayo de 2000, España.

miércoles, 23 de abril de 2008

Dulce traición

El peso y la Muerte. Fotografía: Pedro J. Saavedra.


Es tan dulce la muerte, que el moribundo decide sobrevivir.

martes, 22 de abril de 2008

Vuelve el tío Nick


Fantasma
Ángel de Roca


El tío Nick era un hombre curtido por el sol y el jornal de la finca.
Usaba sombrero, camisa arremangada y un machete que nunca abandonaba. Sus pies desnudos siempre besaron el suelo a pesar de que un día, los hermanos, le compraron un par de zapatos para que ya no enseñara sus callosos pies. Se los calzó, y no anduvo ni mediodía con ellos cuando llegó completamente enfurruñado a la casa, porque los que estaban hechos para protegerlo le habían dejado ampollados los pies. Y dijo: Si eso era andar calzado, para él no eran esas mierdas.
El tío Nick, tal y como era, con sus pies callosos, apagaba las brasas y los cigarros que osaban ponerse en su camino. En la jerga de Juan "Chillamona" era "Tractorcito de dos bandas."
Recuerdo que cuando visitaba la casa, ya la noche era dueña y señora de toda la villa y el tío Nick, ni intenciones tenía de abandonar nuestra morada. Siempre nos visitaba ebrio. Mi tía Antonia, siendo considerada lo acompañaba hasta la suya, y ya estando con su mujer le decía a mi tía que no era posible que se fuera sola, que la acompañaría hasta su casa. Eso era un ir y venir, desde cerca del cementerio hasta la nuestra casa.
Un día de tantos se murió el tío Nick. Estando en el camposanto, mi tía Antonia, como siempre, sacándole el jugo a las adversidades. Ya renunciaba el sol a darnos luz. El cementerio ya eran sombras fantasmales de árboles alagados.
-- Bueno -- dijo mi tía --, vámonos, ahí dejemos a Nico. De todas maneras aquí ya tiene compañía.
Lo dijo como si en realidad todavía estuviera vivo.

domingo, 20 de abril de 2008

El trencito de Juayúa

Tren Juayúa. Fotografía: Damejiar


En ocasión de la IX Feria de Artesanías y Plantas, el Trencito de Juayúa se ha hecho presente. Es un jeep adaptado a reptil mecánico con sus dos vagones (adaptados también), listo para recorrer el casco de la ciudad. La primera vez que lo abordé fue en Juayúa, precisamente, en una excursión que la parroquia organizó a "La Ruta de la Flores."
Hoy es la segunda vez que lo abordo. Andrea María me acompaña. Arranca la máquina y a nosotros, un regocijo grande nos embarga. Hace el reccorido por todo el casco urbano, como si no lo conociéramos. El reptil corcovea al pisar los túmulos y los reductores de velocidad. Se siente un aire fresco a pesar de que el verano ha llegado al cenit y besa nuestra tierra con labios de fuego.

sábado, 19 de abril de 2008

Hambre cultural

Casa de la Cultura Julieta de Serpa (Culture House). Fotografía: Lensop


La sociedad salvadoreña tiene una mentalidad cuadrada. Si soy agrónomo, sólo tengo que saber de agronomía; si soy economista, mi fuerte debe ser la economía; si el título señala licenciado en sociología, debo ser un conocerdor solamente de esa disciplina.

Si el profesional quiere abarcar otras disciplinas del saber, ese ya es un bicho raro, de otro planeta. No es dable que este loco quiera ser un erudito.

Todo esto viene a colación, porque recuerdo que cuando estudiaba las asignaturas de profesorado, un colega de la oficina veía mis inclinaciones humanísticas como algo de muy mal gusto... ¿Y eso a mí qué me importaba? Luego, el Centro Nacional de Artes (CENAR) fue la otra casa de estudios que visité para estudiar el Diplomado en Historia de la Cultura y el Arte. Y yo le leía en los ojos, y me imaginaba que por la frente le salía el gran letrero: "¿Y eso para qué te va a servir?" Y yo le respondía, mentalmente también, que "para mi propia formación cultural, para bien de mi persona." Y pensaba que "¿A cuenta de qué yo sólo tengo que saber de contabilidad?"

En una reunión social se reúne gente de disciplinas diferentes, no solo contadores, y entonces, en una charla amena no tendría de qué conversar, me quedaría de brazos cruzados. Bien, pero no sólo esto es lo que me mueve sino el hambre cultural que reclama mi yo.

Pobre gente aquella que se limita a un mundo reducido, sabiendo que un vasto saber existente nos abruma la vida.

viernes, 18 de abril de 2008

El tío Nick

Fantasma terrenal
Fotografía. Specius


Casi en la raya de la jornada oficinesca. Mi primo político, "El Puma" (nada que ver con José Luis Rodríguez, ni en el parecido siquiera), antes de marcar la hora de salida se acerca y me comenta que Ana, mi prima ya está en la universidad. Es un decir y de no tomar tan en serio la vida, o de reírse de la vida, aún en las situaciones muy adversas.
Resulta que Ana no va a la universidad sino a un colegio donde la educación es gratuita. Por diversos motivos no terminó el primer grado, y me arriesgo a pensar que nunca supo diferenciar una "O" de una "Q", porque un buen día la encontré y en su charla sencilla me comentó que ya podía escribir "pollo", "sal", "silla", "ave", "carro", etc. Palabras sencillas, me dijo, ya eran de su dominio manual (motor) y cerebral (agrego yo), pero términos difíciles, aún no. Se siente feliz, ya mucho es el avance que ha hecho. ¿Y quién no se sentiría feliz con semejante proeza? La felicito y la invito a que no ceje en su propósito, que al final tendrá su recompensa. Situación parecida fue la de mi abuela por el lado paterno, que con cincuenta y pico de años en su haber aprendió a leer y a escribir con la ayuda de sus nietos e hijos. Dijo que con haber aprendido a leer y a escribir se le había encendido una luz en su camino. Es muy posible y muy cierto.
Luego, el mentado "Puma" me comentó que en su casa tenía a la Sabina (su suegra y mi tía política), y ocupado como estaba, sólo atiné a decirle entre pregunta y afirmación: "¿Ha venido Nick, pues?". Y la bendita pregunta-afirmación se la hice tres veces, como cuñitas entre la conversación sostenida.
Retrocedí la cinta mental, y a lo lejos recordé algo sobre un cocotero, una escalada al palmáceo y un machete. Era el recuerdo del tío Nick, que subió a cortar unos cocos, perdió el equilibrio y cayó al vacío para no abrir los ojos jamás. El machete sí quedó bien asido al cocotero, no quiso irse con el tío Nick. Según cuentan la palmera fue arrancada de raíz, por culpable de no sostener a mi tío en el momento que más lo hubiesen deseado mis parientes.

jueves, 17 de abril de 2008

España/El Salvador - El Salvador/España: enlace virtual


Día del sagrado vínculo. Fotografía: Manolo Galván


Siempre es alegría el verse vinculado a otro blog y uno tiene la ilusión que otros también lo harán. Eso indica que, hay otras personas a quienes le gustan nuestros escritos, y de esos blogs quiero hablar, específicamente del escrito Enlazado desde El Salvador.

Hoy, al abrir mi blog, con sorpresa me encuentro con un comentario dejado en mi entrada de ayer: Piensa, habla, actúa y engáñate. La nota la ha escrito Historias de JP, y en ella me dice: "...te he dedicado un post en mi blog". Gesto que, viniendo de una persona a quien no conozco ni me conoce, desborda de alegría las paredes de mi reloj biológico. Quiere decir entonces, que ambos exorcizamos a nuestros demonios con la escritura y que tenemos un (re)gusto por la lectura.


Le comento a Andrea María sobre el comentario en mi blog y le especifico que me han dedicado, desde España, una nota en otro blog. Muy contenta, salta de alegría y me dice:

-- Ya te va a conocer más gente y te van a publicar en otros idiomas.


La casa tiene henchido de alegría el pecho y yo, tampoco estoy exento de esa emoción. Gracias.



miércoles, 16 de abril de 2008

Piensa, habla, actúa y engáñate


Fotografía: Rodrigo Vera


Somos copia fiel de la lengua, del pensamiento y de los actos. Si alguien habla demasiado de algún tema que desconoce, es porque la charlatanería se escuda detrás de las palabras huecas que pronuncia. Y eso se puede saber por dos vías. Una, porque el que lo escucha conoce sobre el tema que está hablando el charlatán, y sabe que la labia tiene mucho que ver en su lengua. Y la otra, porque el que lo escucha, analiza psicológicamente la actuación de "El Rey de la Labia" y acierta en deducir que es un farsante.

La palabra, el pensamiento y los actos delatan a cualquier personaje que quiera pasarse de listo. Hay excepciones, claro, en que los charlatanes, logran engañarnos. Piensan, dicen y actúan de tal manera que engañan a nuestros sentidos. Ellos saben que son falsos, y precisamente por eso han desarrollado estrategias de cómo vulnerar (y burlar) nuestras capacidades, esas de estar atentos ante cualquier loco que se engaña a sí mismo.

martes, 15 de abril de 2008

Del frío que no existe

Café periódico cansancio reflejo. Fotografía: Gustavo Pereyra


El cansancio da su mejor y más valiente esfuerzo para que este día no escriba nada. Me susurra que descanse el cuerpo fatigado, que para escribir habrá tiempo.

Yo le digo: "El tiempo no existe, cansancio querido, sólo la escritura que hoy haré para contrarrestarte".

-- No me lleves la contraria -- me dice --, que eso te puede conducir con facilidad al fosal.

Le digo que no me importa si dejo la vida en esto, que moriré feliz, con el cálamo en la mano.

-- Es tu decisión: no me importa si así mueres. Después no digas que no te lo advertí.

-- Claro, es mi decisión. Y la tuya, cobijarte con la pusilanimidad, del frío que no existe.

lunes, 14 de abril de 2008

La bruja buena


La Bruja. Fotografía: Customon-Ramón Garrote


Sólo queda el aliento pútrido de la malvada bruja que acabó con los sembradíos y el pueblo entero, porque no quería que la peste bubónica alcanzara a la única villa del condado. Deseaba ser ella y su mano criminal la que acabara con toda esa gentuza... y sólo así ganaría la siguiente jerarquía.

sábado, 12 de abril de 2008

Espejismo

Espejismo... mirage. Fotografía: Klaus Dolle.
I

La breve casa se desploma en el amanecer oxidado de tus palabras.


II

Duda, burla, espejismo, simpleza, avaricia, arrogancia. ¿Qué eres tú?


III

No necesito más de tu consuelo. Me basta y sobra mi autoestima.

La bruja Aivlis

Una bruja con su lechuza. 
Fotografía: Carolina Villalobos


Las oficinas están cargadas de personajes de cuentos de hadas y de personajes contemporáneos. Abundan las brujas, los dragones, los castillos, los gatos maléficos, los esquizofrénicos,... en fin, personajes de toda ralea.
En esta ocasión quiero hablarles de la bruja Aivlis. La bruja Aivlis, es la protagonista (en carne y hueso) de una novela rosa y a la vez, la autora de la misma. Es malvada, como toda bruja que se come a los infantes raptados.
Se graduó de Malas Artes y Escaso Conocimiento del Bien. Doctora en cómo obtener buenas calificaciones sin estudiar se graduó con honores por tramposa. Dice conocer los números, para convertir un déficit en ganancia. Para ella todo es posible.
Tiene un gran poder entre sus subalternos y le permiten todo, porque es una títere de la cúpula.
Su edad la convierte en una fuerte candidata a que el ferrocarril pase de largo. Por eso, desesperada, abordó un tren como veinte años menor que ella: satisfizo su pasión, hospedó en su propia casa a la familia del novio y a la hermana de éste. Ahora ya la abandonó y está más vetusta que antes, y ni señales de encontrarse a un valiente que quiera hacer de su vida un sepulcro viviente.
Si siguiera contando más les quitaría el placer de deleitarse con una novela así y de conocerla en persona. Basta con decir que su libro es un best seller y ella, todo un personaje de caricatura.

Tiovivo

Tiovivo en Burgos. Fotografía: David Goitia


El vaivén del carrusel parisino

me dejó vomitando sábila.



San Salvador, noviembre 10 de 1993

viernes, 11 de abril de 2008

Idéntico al monto no a la conversión

Árbol + banco + niebla. Fotografía: David Gorgojo


Es increíble como pasa el tiempo. Luego de haber concluido algunos asuntos personales que tenía pendientes, me sumerjo en el teclado y el monitor para escribir mi diario personal. Uno de los trámites que por abundancia (saturación, diría yo) de trabajo no hacía, era el cobro de mi devolución de renta en un banco local que reclama lo agropecuario. Esa devolución estaba en la institución financiera desde el miércoles de la semana de Pascua, pero mi escaso tiempo no había hecho posible que yo retirara ese dinero que era mío, y mientras tanto, el banco, estaba haciendo uso de mi dinero, por el cual no recibí ningún interés; pero si yo me atraso en la cuota de mi tarjeta de crédito me cargan mora, comisión e interés. ¡Qué injusticia bancaria!, ¿no creen?

Por eso digo que las instituciones financieras son cacos con liciencia, porque toda mora, interés, comisión, recargo o como le quieran llamar tiene un asidero legal que les permite actuar con libertad. Como vampiros succionan hasta el último centavo del bolsillo proletario. Birlan, y la gente lo ve con buenos ojos, justamente porque la sociedad capitalista ya dictó sus reglas y nos acostumbró a que eso es lo correcto.

Me alejé del punto. Lo que quería decir es que el total de mi devolución, es idéntico al primer sueldo que gané como auxiliar de albañil hace aproximadamente unos veintiocho años. Es idéntico al monto no a la conversión, aunque los colones de veintiocho años atrás quizá sea igual a la devolución en dólares que hoy recibí.

jueves, 10 de abril de 2008

Andrea va al colegio


Fue pasado el año dos mil que Andrea María inició su educación preescolar y fue también el año en que los terremotos demostraron que El Salvador es ciertamente, El Valle de las Hamacas. El primero, el sábado trece de enero y un mes después (exactamente el martes trece), el segundo. Para el trece de enero, Andrea, de tres años, había sido invitada a un cumpleaños, evento que fue suspendido por obvias razones.
Recuerdo que el primer día de colegio Andrea María iba con su falda pantalón azul-negro, su blusa blanca y una lonchera verde de Las Hormiguitas, que un niño travieso le cortó con tijeras. La profesora estaba en la entrada del salón recibiendo con alegría a todos sus alumnos y alumnas. Nunca me imaginé que una persona tan joven y sin experiencia alguna fuera a ser la maestra de todos esos infantes; pero esa joven docente demostró que su formación no había sido en vano, y con empuje hizo un buen partido del que ninguno de los padres quedó con cara de insatisfacción. Su nombre es Emiliana Henríquez, muy buena persona, por cierto.
Pues bien, Andrea se quedó, no de muy buena gana y con lloriqueos que atravesaban su garganta y a mí, el corazón. Acepto que no fui muy valiente, porque acompañaba a Andrea María hasta el portón del colegio. El resto del camino se lo dejaba a María Teresa, porque sabía que mi corazón se quebraría y mis ojos, posiblemente, abrirían sus válvulas para dar paso a un torrencial aguacero. No es nada fácil dejar a las criaturas, por primera vez, fuera de casa, pero por el bien, en este caso de ella, valió (y sigue valiendo) la pena.

miércoles, 9 de abril de 2008

El narrador


Escritor. Fotografía: Rosy Feros


El narrador escribe historias que la sociedad misma se encarga de proveerle. Inventa lugares y situaciones para ambientar el cuento que, definitivamente le darán mayor exquisitez; y el lector lo gozará de cabo a rabo, porque en más de alguno se identificó con el protagonista. Y creo, me atrevería a pensar que éste diría:

-- ¿Seré yo, Señor?

Venas comunicantes

Las venas de nuestra ciudad. Fotografía: Álex


La mentira es hija de la hipocresía y de la mediocridad. ¿Y la madrastra quién sería?

martes, 8 de abril de 2008

Pisa los talones la vocación

Profesando. Fotografía: Fede Salvo
Un día, en mi lejana adolescencia, pensé ser docente, inspirado en un profesor que tiene o tendría (porque no tengo ninguna pista de él y no sé si ya dejó de sufrir en este excecrable planeta) mi mismo nombre y de patronímico Hernández. Venía desde Quezaltepeque hasta uno de los más remotos cantones de El Salvador. Enseñaba la asignatura (creo que para la mayoría de personas) más difíciles del mundo: Matemática. Tambien impartía Estudios de la Naturaleza.
Pues bien, yo era uno de los alumnos más colaboradores del salón, y todo porque transmitía confianza, paciencia y serenidad. Yo quería ser como él, enseñar como él, ejercer el magisterio como él. En todo me hubiese gustado imitarlo; pero una vez sentí traicionada(cosas de adolescente) mi confianza, porque estando en pleno toda la clase, mencionó algo sobre una jovencita que yo pretendía, y entonces fue mi muerte y mandé al diablo la profesión de maestro y me olvidé de ella.

Una vez, en una excursión hacia el Occidente del país, pasamos frente a la Normal, y me dijo:

-- Ahí tendrías que venir a estudiar.

-- Sí -- respondí secamente.

Fue en 1980 que la Normal la tomó el ejército y fue ahí donde se fundó el Batallón Atlacatl. De nada tenía que preocuparme, pues de la docencia me había olvidado totalmente. Mi hermano estudiaba por esos días el bachillerato comercial, opción contador. Yo quería imitarlo y me metí de cocorota a un Instituto Nacional a estudiar esa sacrificada profesión. Luego en la universidad, seguí con la contaduría pública, cosa que reñía con mi vocación por mi olvidada. Pero uno puede olvidarse de la vocación, pero ella jamás se olvida de uno, y lo persigue a uno sin darle tregua.

Un círculo dejé trunco en mi lejana adolescencia. Era algo así, como una deuda impagable con mi destino. Un descuido a la vuelta de la esquina, y ya la tenía junto a mí. Hace cuatro años atrás me encontré estudiando el Curso de Formación Pedagógica, y ahí la vocación se impuso para cerrar el círculo que había dejado trunco.

Así que, por obra y gracia de mi vocación soy contador público y docente; pero primero docente que contador público.

lunes, 7 de abril de 2008

Ponzoña


Alacrán de Durango, México. Fotografía: Oliver Álex


Después de una extenuante jornada laboral, es gratificante hacer saltar del teclado las palabras precisas sobre el acontecer oficinesco. Los contribuyentes con más ponzoña que un alacrán punzan nuestra piel para amargarme la mañana. Creen que su prepotencia me hará tambalear y que les contestaré con igual pedrada; pero se equivocan, yo estaré sereno, aunque sintiendo el deseo inmenso de arrojarle en el rostro, tremendas guijas por su testarudez y prepotencia.

sábado, 5 de abril de 2008

Alcohol esteroídico

Copa de vino. Fotografía: Luis de la Fuente Sánchez


Cierto que el colesterol obstruye el flujo sanguíneo, pero una copa de vino cada noche diluye el maligno sedimento del alcohol esteroídico, que tantas muertes causa en el globo.

La escritora

En excepcionales y contadas ocasiones los hijos o hijas cuentan sus historias en papel. Lo más se divierten con la caja idiota, el nintendo, los vídeos; menos en la lectura, el dibujo y la pintura o en obras de pintores famosos. Mi suerte es excepcional y contada: mi hija asiste religiosamente a clases de dibujo y pintura los días sábados en el CENAR, y lee libros acorde a su edad.
Hace poco fuimos a la librería La Ceiba con la intención de adquirir un libro. Le compré Mini va al colegio, de Christine Nostlinger, y me sorprendió que la lectura la hizo en un tiempo que ni yo mismo me lo habría imaginado.
Siempre de esas excepcionales y contadas ocasiones, mi hija escribe cuentos con el tejido de su imaginación. Uno de ellos es el siguiente:

El cumpleaños de Matilda

Había una vez una niña llamada Matilda. La niña era muy pobre, y ya se acercaba su cumpleaños y tenía muy poco dinero ahorrado. Su madre llamada Carmen trabajaba en una maquila durante el día, en la tarde en una panadería y en la noche en un restaurante de comida rápida.
A la pobre Matilda le tocaba hacer todo el trabajo doméstico y cuidar a sus cuatro hermanos, ya que ella era la mayor y no le quedaba tiempo ni de ir a estudiar. El día tan esperado por ella nadie lo recordaba ni siquiera su mamá; cuando su mamá no estaba empezó a llorar, porque nadie se recordaba de su cumpleaños. Su hada madrina la oyó y le preguntó:
--¿Por qué lloras?
-- Es que nadie recuerda mi cumpleaños – contestó Matilda.
-- Nadie lo recuerda.
-- No – respondió Matilda.
Y le dijo
--Te brindaré vestido, zapatos, globos, piñatas, dulces, bolsitas, juguetes, golosinas, pastel, cucharas, tenedores, platos, gaseosas e invitaré a muchos niños. Mientras tanto, arregla la casa que la gran fiesta comenzará pronto.
Muchos niños llegaron a la fiesta y se divirtieron como nunca antes lo hicieron.
El hada le dijo a Matilda:
-- Te daré de regalos tres deseos.
El primer deseo de Matilda fue que su mamá consiguiera un trabajo mejor; el segundo fue que ella pudiera ir a estudiar, y el tercero, que sus demás hermanitos también pudieran estudiar. Y Matilda vivió feliz para siempre.

Andrea María Orellana Alas

Esta es una muestra de su talento y de su magín en el camino de escritora, que se irá ampliando si ella decide seguirlo.

Epístola primera

Carta a la Xia. Fotografía: Memo Vásquez


Donde J. O. da cuenta de los pormenores que condujeron al rompimiento noviazgal y la forma en que esta epístola envió.

Ana P. G.:
Supe por boca de Víctor, tu hermano, que tres descendientes acompañan tu existencia. Mi regocijo no sería de gran estatura si solamente te congratulara: es necesario recomendarte que tus manos estén prestas a su auxilio y a su protección.
Ahora me corresponde hablarte, con la palabra escrita, por supuesto, de un asunto importantísimo en el que tú y yo, fuimos los protagonistas del drama. Deseo aclarar muchos puntos: voy al grano, sin tapujos y con suficiente valentía.
La moralidad y mi fuerza de hombre viril siempre se mantuvieron en absoluta disensión. De no haber sido porque te respeté, a vis de encorsetar mi fragilidad humana, Lenin hubiera sido, para honra mía, nuestro hijo. Pero tuvo que acercarse “el personaje de blancura láctea” para expoliarme y proscribirme de tu corazón. Al principio, supongo, entre tú y él hubo algún forcejeo verbal, pero ya cuando las palabras (a golpe de persecución y monotonía) calaron en tus oídos, la cópula se tornó en un acto deliciosamente pecador. En ese momento la hoguera ardía, y el madero de tus principios morales, crepitaba. Los leños informes, en el imperio de la llama, a cenizas quedaron reducidos.
Hubiera sido maravilloso darle fiel cumplimiento a nuestros anhelos que, en el posgénesis del noviazgo hicieron su aparición, pero ya ves, todo resultó negativo para el propósito que perseguíamos. Lástima grande por ti y por mí, ya que creí a ojos cerrados en tu buen caletre y radiante modosidad. No pienses que no lo sentí; desde luego que tus acciones me colmaron de una terrible compunción. Sufrí bastante, lo admito, pero todo estuvo dentro de los límites de la naturalidad. Dicha situación se la debo a dos grandes razones: primero, porque no me aferré al déficit cambiario y segundo, porque la madurez emocional me acompañó.
Después de haber truncado mis esperanzas con la ristra de tus pretextos, Cupido tardó tres años para volverme a seducir a su intricado laberinto. Recuerdo que tu famosa excusa fue: “Fíjate que estoy arrepentidísima de que hayas venido a pedir permiso por mí”. Atragantándome con el último bocado del almuerzo (que era un pescado frito, por cierto) te interrogué boquiabierto: “¿Y por qué?”
No obtuve una respuesta satisfactoria a mi inquietud, ya sea porque no pudiste o porque la cobardía se hospedó en tu corazón, dejando a tus cuerdas vocales a merced del cruel e infame embuste. Con el paso del tiempo la segunda premisa terminó por aparearse fielmente con la realidad.

* * *
Como tú bien sabes mi noviazgo tuvo una ruptura profunda y terminó en matrimonio; la universidad ya no soportó mi presencia y me lanzó a la graduación y finalmente, el llanto de una niña me estrenó en la paternidad. Llevo casi seis años de estar casado y te aseguro que no experimento síntomas de arrepentimiento: mi hija, Andrea María ha enriquecido nuestras vidas, como el aceite generoso que mantiene ardiendo la lámpara en los altares.
Tomo otro sesgo. Fíjate que seguí empuñando el cálamo, y fruto de esa pasión, unos artículos fueron abortados en los ejemplares de El Diario de Hoy y otros, en el Suplemento Cultural Astrolabio de Diario El Mundo. Ojalá puedas ver en el periódico algún artículo de mi autoría.
La epístola te la escribo y remito subrepticiamente. Tu silencio será la señal inequívoca de que mi carta llegó a tus manos y la mejor respuesta que habré obtenido.
Atentamente,
J. O.
Post scriptum. No desestimo la oportunidad para enviarte un saludo de Navidad y año nuevo.

Antiguo Cuzcatlán, diciembre 06 de 1999
De Epístolas de amor (ad)yacente, Premio Único XIV Juegos Florales Ahuachapanecos

Buganvilia

Buganvilia morada. Fotografía: Enrique Padilla


La buganvilia es una de mis flores preferidas. Me fascina verlas trepar como serpientes en los tapiales de las residencias. Gozo de sus colores encendidos. A veces me figuro tapiales encendidos cuando veo toda aquella inmensidad poblada de buganvilias polícromas.


Las vigorosas ramas bien asidas a la cornisa de los muros como ofidios de Dios.

jueves, 3 de abril de 2008

Mascarada

Carnavales de Lazarím.
Fotografía: Carlos González Ximenez


Aliviado del peso de su propia vergüenza se promete a sí mismo ya no caer en mayores bajezas; pero basta que otro espécimen lo convide al festín de las máscaras pútridas, para dejarse llevar por el vaivén de la marea de la indecencia. Lógico, es su ambiente.

El mediocre

Fotografía: Samantha West


Hay un tiempo en que el mediocre goza de inmunidad a los vicios, los errores y las equivocaciones. La gente, en el buen ejercicio de sus principios, denota la mezquindad de ese ser despreciable que viste de humano; pero poco o nada puede hacer si el jefe apoya, fomenta y alienta las malas actuaciones de éste.


Pintado así el panorama, el resto queda a merced de los atropellos del infame (el jefe) y del estólido (el subalterno); pero el momento de gloria no es eterno y despedido el infame, otro lo sustituye y el estólido, colmado de vergüenza y de mala reputación que le pisa los talones, sale por la puerta trasera arrastrando su desventura y vileza que llevará a otra parte.

miércoles, 2 de abril de 2008

Mediocridad


Meteoro (alarmante mediocridad). Fotografía: Ana Rosales


La mediocridad se conoce por un gesto, una palabra. Por aquel vanagloriarse de poseer la genuina inteligencia de Sócrates, que a leguas se ve dista mucho trecho.

No, no confundamos la inteligencia con la mediocridad. Mediocridad de tonto, de ingenuo, de pensador frustrado.

La bizarría no te hace inteligente, sino que deja a trasluz la poca sabiduría que abriga tu cabeza y el poco amor hacia tus semejantes que tiene tu corazón.