sábado, 22 de mayo de 2010

Pintura casi terminada


La flagelación del Señor o Jesús de la columna.
Fotografía: Roberto Urrea

La pintura ya casi está terminada. La he titulado "Jesús en el pilar de los azotes". Me ha costado un mundo y no poca ha sido la dedicación (sólo los días sábados, me he tardado casi año y medio), porque siendo de dimensiones (1.00 x 1.50 metros) descomunales (para mi, que no tengo práctica en estas lides) me es difícil hacerlo en casa, porque además, a fuerza de ser sincero, el caballete aún no lo he adquirido. Espero, el próximo sábado, terminarla. Luego vendrá el proceso de ponerle la moldura, que ya se la encargué a don Adrián, y posteriormente, traerla a santuario del living, donde permanecerá si es que alguien no se enamora y decide comprármela.
(Doña Vilma dice, que si ella hiciera una pintura así de grande y así de divina, "ya podría morirse en paz".)

miércoles, 12 de mayo de 2010

Adiós, don Paco


La muerte de Francisco Andrés Escobar me tomó por sorpresa. No es porque fuera mi amigo, sino porque el sábado veinte de marzo todavía lo vi, y le dije a Andrea María: "Mira, allá va don Francisco Andrés Escobar, un escritor que publica en La Prensa Gráfica".
Caminaba sobre el andén que linda con el inmueble de la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, hacia abajo, en dirección a San Salvador, para luego ingresar a uno de los tantos comedores-pupuserías que abundan en la zona.
(Andrea y yo, lo vimos desde la ventana del micro-colectivo, conversando con la dependienta para luego pedir algo de la variedad culinaria, que ofrecía el comedor-pupusería.)
Dije que no era mi amigo, pero más de alguna vez se cruzaron nuestros andares y lo saludé. Le comenté que leía su columna semanal en La Prensa Gráfica, pero corto su saludo, creo, no me dijo mucho. Y es natural y se comprende que, con un desconocido no se puede entablar una conversación.
También digo que la noticia me sorprendió. Es por medio de La Prensa Gráfica, en la sección de Cultura y en la página setenta y tres de este martes, que leo: "Despiden a don Paquito". Me imaginé, que después de tantos años de trabajar en la UCA, lo despedían porque se jubilaba. Pero la nota encabezaba un verso suyo: Si me voy y te quedas envuélveme en recuerdo...
Y más adelante me cae de sopetón y un vuelco de sentimientos me invade el espíritu: "Sin duda muchos de quienes fueron sus alumnos y compañeros de trabajo harán suya esa frase para recordarlo ahora que ya no está en el mundo terrenal".
Dice también la nota que "falleció el domingo a causa de un cáncer de vejiga no tratado".
El día de su muerte estuve reunido con Ricardo Lindo y quizás, tampoco lo sabía, porque en nuestra conversación jamás ni nunca mencionó el acontecimiento.
¡Buen viaje, don Paco y que en el cielo goce de muy buena salud!

Martes 11 de mayo de 2010, 11:06 p.m.