jueves, 31 de enero de 2008

La clausura... ¡por fin!


Hoy fue la clausura del seminario-taller Simplificación de trámites administrativos, impartido por una ONG local. Su sede es Costa Rica. Aunque por el contenido del seminario éste ya tiene implícito la importancia que merece, Merlyn Rojas, Gestora del Proyecto, vino desde Costa Rica a la clausura para apoyar el proyecto, y dejar en claro que el seminario dará más beneficios que retrocesos.
Después de la entrega de diplomas hubo un coctel y el vino de rigor. No soporté la tentación y escancié cuatro copas. Dos, porque cuando casi todos se habían marchado, Merlyn me invitó a que los acompañara. Las mesas se fueron quedando solas, y únicamente quedó habitada la nuestra. Entre las boquitas (y el vino) exquisitas le expuse mi punto de vista acerca del proyecto. Le interesó, y me propuso que escribiera un artículo desde mi experiencia y perspectiva como participante. Le agradecí su deferencia, y le prometí que el artículo lo tendría.
Merlyn creo que tiene la facilidad de confiar en las personas que apenas conoce, porque yo soy una de ellas, y me siento agradecido por su bondad, su deferencia y por su amor al Proyecto.

Cuando la Navidad asome su rostro

Cuando la Navidad asome su rostro, yo estaré construyendo el pasado roto en un santiamén.
Mi barca naufragó en el océano de tus palabras. No maldije. Callé. No guardé rencor.
El tiempo borró mis llagas.
Todo fue como una ráfaga de polvo en el Oriente. ¿Cuántos siglos han pasado? No siglos sino milenios. ¿Cuánto acíbar extraje del dolor? No amargura sino dulzura.
Una hoja del árbol del tiempo salió volando con el viento de una mano: llegó diciembre con sus fríos húmedos.
La estrella de Belén brilló en mi corazón.
Advino el "Día de Reyes" y yo lo he olvidado todo, todo, todo.

miércoles, 30 de enero de 2008

Dios me ve

Desnuda ante la mirada de Dios
no deseé más que sentir su presencia,
porque llena estaba de su esencia,
de su querencia y del amor por Dios.

María y José: Supe del perdón
que Dios reparte entre vuestros hermanos,
y no tengo duda que con vuestras manos
podamos multipicar ese don.

Seguir haciendo el bien quiero: Dios me ve.
Comulgar es un exquisito banquete,
es como tomar con Dios en la mañana el té.

Dios me ve y su sierva quiero ser:
vivir estasiada, entonarle un motete,
sentirme parte de Él, volver a nacer.


A la madre Cesarita Esparza

25/09/2007, 8:00 a.m.

martes, 29 de enero de 2008

El silencio me basta


El silencio me basta para interrumpir el desasosiego pertinaz que abate a mi espíritu. He pecado grandemente: la ira se apoderó de mí.
Medito. Hago acto de genuflexión y pido al Señor su indulgencia.
Todo volvió a la calma. El corazón no volvió a gritar como fiera enjaulada.

* * *

La fiera se sintió libre. De nuevo a la carga.
¿De qué me sirvió entonces pedir perdón?

domingo, 13 de enero de 2008

Risa arquitectónica, gótica

Rodrigo es un tipo que define y juguetea con el argot de un arquitecto, porque es un arquitecto. Palabras como esteróbato, voluta, friso, metopa, tríglifo, arquitrabe, extradós, intradós, clave, dovela, imposta, tímpano, archivolta, parteluz, arbotante, paramento, mandorla, Pantocrátor, pináculo y contrafuerte, entre otras, no ofrecen (ni merecen) ninguna dificultad para su entendimiento y concepción.
Es todo un personaje: siempre calza botas, viste blue jeans, usa un anillo en el pulgar de cada mano y unos lentes góticos. Todo él es una institución gótica. (Creo que no podría verlo enfundado en otra personalidad, porque reconocería fácilmente su hipocresía.)
Gesticula en silencio música que sabe no es del agrado de Sara y Silvia. Conoce el metal sinfónico de Nightwish. Sabe que cuando la vocalista Tarja Turunen terminó de interpretar "Wish I had an angel", también su tránsito por la banda llegó al ocaso de la integración.
Del ambiente malvado y oficinesco, es de las pocas personas que se conduce con buen tino y que sobresale porque el intelecto besa su frente. Es un tipo de risa arquitectónica, gótica. Sus carcajadas son moderadas, pero crecen sin herir los oídos de quienes las escuchan. Se ríe con desenfado, sin inhibiciones: es una risa contagiosa.

13/01/2008, 2:45 p. m.

miércoles, 9 de enero de 2008

Citando a Gabriel Miró







"La máscara de una quijada entera de macho cabrío se descarna riéndose; su cuerna podrida se estremece de hormigas".


Años y leguas, p. 31; Salvat Editores, S.A., 1970, España




domingo, 6 de enero de 2008

Gitanos con lengua de fuego

Poco a poco las ventas de churros, tostadas, elotes locos, dulces, pupusas y ponche van borrándose de los alrededores de la antes llamada "Plaza de las Ciencias" y del centro de la ciudad. Lo que antes fue jolgorio a prueba de sonidos, ahora sólo queda el recuerdo y la resaca de una noche de copas.
(Al amanecer se escucha a una feriante echar toda suerte de maldiciones a un perro que deliberadamente dejó su caca caliente en el lugar menos indicado. Incluso, no le basta con que el can haya recibido toda clase de humillaciones verbales y un tremendo puntapié entre las costillas y el abdomen hasta dejarlo sin aliento, que se apresta a insultar al dueño por el descuido que ha tenido de dejarlo suelto. Y para terminar de hinchar su cólera, tal parece que le divierte putear a sus propios hijos por alguna travesura cometida. Claro, la instrucción escolar y los buenos modales no han sido el fuerte de los y las feriantes, y no se puede esperar más que un lenguaje bárbaro y cruel, como si se pronunciara por megáfono.)
Se ve a algunos dueños desclavando láminas y cuartones, y subir a los automotores de su propiedad, sillas, cocinas, neveras y peroles. Algunos de ellos son dueños también de los juegos mecánicos. Todo lo acomodan de tal modo que, el combustible sea suficiente para el número de viajes programados. Por la noche todavía trabajan desarmando las champas como si fuera el desalojo forzoso de una comunidad marginal, y por la mañana, han desaparecido.
El día de hoy, miércoles dos de enero me he levantado como a eso de las nueve, y me sorprende no encontrar a la ponchera que siempre se instala frente a la casa. María Teresa aun la ha visto salir de su covacha hecha de un plástico nigérrimo que parece ser para envoltura de cadáveres. La señora tiene una belleza nada convincente, pero la hija, de unos catorce años, sí promete para reina de las fiestas patronales del municipio de Apopa.

02/01/2008, 11:20 p.m.