no deseé más que sentir su presencia,
porque llena estaba de su esencia,
de su querencia y del amor por Dios.
María y José: Supe del perdón
que Dios reparte entre vuestros hermanos,
y no tengo duda que con vuestras manos
podamos multipicar ese don.
Seguir haciendo el bien quiero: Dios me ve.
Comulgar es un exquisito banquete,
es como tomar con Dios en la mañana el té.
Dios me ve y su sierva quiero ser:
vivir estasiada, entonarle un motete,
sentirme parte de Él, volver a nacer.
A la madre Cesarita Esparza
25/09/2007, 8:00 a.m.
25/09/2007, 8:00 a.m.
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