jueves, 31 de enero de 2008

Cuando la Navidad asome su rostro

Cuando la Navidad asome su rostro, yo estaré construyendo el pasado roto en un santiamén.
Mi barca naufragó en el océano de tus palabras. No maldije. Callé. No guardé rencor.
El tiempo borró mis llagas.
Todo fue como una ráfaga de polvo en el Oriente. ¿Cuántos siglos han pasado? No siglos sino milenios. ¿Cuánto acíbar extraje del dolor? No amargura sino dulzura.
Una hoja del árbol del tiempo salió volando con el viento de una mano: llegó diciembre con sus fríos húmedos.
La estrella de Belén brilló en mi corazón.
Advino el "Día de Reyes" y yo lo he olvidado todo, todo, todo.

No hay comentarios: