martes, 30 de diciembre de 2008

Reino de perdición

Cuando Satán toca con la pesada aldaba las puertas del Cielo, al abrirle San Pedro se da cuenta que hay una luz cegadora (blanca como la leche, al igual que en Ensayo sobre la ceguera), que lo deja ciego hasta en los Infiernos. Por eso decide regresar a sus Antros y no volver jamás a ese reino (para él) de perdición.
Sorda ceguera. Fotografía: Felipe Vergara

Obituario

Obituary panel (Heraklion cementery)
Fotografía: Xosé Castro


Harold Pinter ha muerto. El Premio Nobel de Literatura correspondiente al año 2005, falleció este miércoles en la víspera de Navidad, producto de un cáncer* que lo aquejaba desde hacía varios años. Nació el 10 de octubre de 1930 y era hijo de un satre judío. Fue actor y director teatral y también un crítico acérrimo a las políticas internacionales y de su país. Criticó severamente la guerra e invasión, por parte de Estados Unidos a Iraq y al Reino Unido por ser fiel a la Administración estadounidense. Del país norteamericano había dicho que era un país "dirigido por una pandilla de delincuentes." y de Tony Blair, ministro británico, que era un "criminal de guerra."

"The birhhday party" (La fiesta de cumpleaños) y "The homecoming" (El regreso a casa) son una muestra de las treinta y pico de obras que el poeta, actor, guionista y activista político deja a la humanidad.


* Los dos periódicos de mayor circulación en el país no se ponen de acuerdo; mientras uno dice que murió de cáncer en el higado, el otro, que fue de cáncer en el esófago.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Esperanzas del año que viene

El año va, como como el Titanic, de pique; tiene sus horas en la cuenta regresiva y ojalá , el siguiente, nos depare uno colmado de bondades, amén de la recesión norteamericana y global que por ahora nos apabulla.
Ojalá que el siguiente sea benigno y lleno de bendiciones.

The Pantocrator.

Fotografía: Patrick Costello

domingo, 28 de diciembre de 2008

Las fiestas, a la cresta

Antiguo Cuscatlán. Fotografía: Carlos E. Cáder
Este día las fiestas patronales han llegado a la cresta. Por la mañana ha habido misa en honor a los Santos Niños Inocentes; hoy por la tarde, la procesión y durante la noche habrá quema de pólvora. La famosa calle Cuzcatlán Poniente, dentro de poco estará que ninguna alma cabrá, porque todo mundo quiere ver el espectáculo de los fuegos artificiales, que ya de por sí, tienen su prestigio ganado. Toritos pintos, luces de colores, cohetes de vara, castillos,...
Pienso que, con cada petardo surcando los aires, a las fiestas les quita un poco de su efímera vida, que la gente ha esperado tanto.

sábado, 27 de diciembre de 2008

El loco y el mundo

Es el hombre quien vuelve loco al mundo y no al revés; es más, cuando el facultativo dianostica a un nuevo enfermo mental el mundo se entristece.
El loco y el santo (2). Fotografía: Memo Vásquez

Desvivirse por vivir


La gente se desvive por espulgarle la vida a los demás; yo, por el contrario, me desvivo por vivir mi vida.
Chisme.
Fotografía: Joan Guerrero

Minúscula procesión

Santa Juana de Cuza 113. Fotografía: Nico Romano Cruz


Santa Juana recién ha entrado en la parroquia. Su ingreso está precedido de una pequeña procesión que inicia desde el domicilio de la niña Luz Ayala y continúa por toda la calle Cuzcatlán Poniente hasta llegar a la efigie del indio Atlacatl y luego el retorno sobre la misma. Mamá Luz ofrece horchata, emparedados y porciones de marquesote. Un ruido de petardos ensordece el cielo, la atmósfera se preña de humo y las palomas domésticas vuelan asustadas ante el estruendo.


Cuatro mujeres, a duras penas cargan las andas en la que Santa Juana, como reina desfila en su carroza.

¡Que siga la fiesta!

Sin título. Fotografía: Miguel Servellón


Hoy es la entrada de Los Santos Niños Inocentes: desde el monumento de Atalcatl, que es donde inicia la calle Cuzcatlán Poniente hasta llegar al umbral de la iglesia e instalarlos en el salón parroquial. Hoy también es el baile de gala y en él orquestas reconocidas moverán de pies a cabeza a los asistentes. Soberano ruido que nos arrebatará de los brazos de Morfeo.


Anoche los bafles no fueron muy potentes en su inteción de quitarme el sueño, pero aún así, era quizá, un molesto zancudo en mi oído; entonces con todo y todo, decidí terminar de leer la primera parte de la novela Jud el oscuro, de Thomas Hardy. Al menos contrarresté el molesto ruido de la fiesta.

viernes, 26 de diciembre de 2008

La fiesta continúa


Fiesta de maniquíes. Fotografía:Breixo Pazos


El desvelo obligado. Hoy habrá un carnaval que patrocinará la juventud de un partido político de cuyo nombre no quiero acordarme... y mientras tanto la gente que nada tiene qué ver sufrirá las consecuencias. En este momento los políticos se deshacen en atenciones con el electorado: reparten comida a los indigentes, tarjetas navideñas en los centros comerciales o en el domicilio de los contribuyentes, calendarios, cuadernos o cualquier objeto que represente un atractivo para las persona en edad de votar. Hoy por hoy valemos más o igual que una pepita de oro, pero esperen luego, después de las eleciones. Para ellos somos un producto desechable, un objeto sin valor.
Bueno, el desvelo, digo, será obligado, con esa música esperpéntica que a los jóvenes gusta.


Festín sin sobresaltos

¡Ya llegué! Fotografía: Alicia Moya-Sánchez


La horas llegan lentas, la tarde también. Hoy que estaba almorzando en el trapatio poblado de vegetación, unos cuantos sanates me observaban desde lo alto de las ramas en espera de mis dadivosas sobras. Caminé unos cinco o seis pasos y luego los desandé, alejándome del promontorio de comida. Uno por uno, volando, se trasladó a ramas más cercanas a los alimentos y luego planeaban y caían, justamente en el lugar exacto. Daban un picotazo y me observaban cautelosos, no fuera a ser que en un movimiento malvado, yo quisiera hacerles daño. Yo me retiré para que su festín no tuviera sobresaltos.

La mancha en el espejo

El enigmático espejo. Fotografía: Gloria Zelaya


Al pasar corriendo frente al espejo se dio cuenta de que su alma estaba manchada (y el espejo también): acababa de asesinar, a puñalada limpia, a su propia madre.

La caída


Los dioses se exaltan de tanto vino ingerido y, sobre la pendiente ruedan sus cuerpos alcoholizados tornándose humanos.
Dioses. Fotografía: Jorge C.

jueves, 25 de diciembre de 2008

El PDD

Fiesta del Pilar. Fotografía: Antonio Goya


Después de cuarenta y tantos años de existencia no he logrado (por voluntad propia) afiliarme al PDD (Partido del Desvelo), aquél que cada veinticuatro de diciembre decide dilatar el momento de irse a la cama por quedarse escanciando las copas o con el pretexto de visitar a un pariente se lanzan a la conquista o sólo por el simple hecho seguir la costumbre de cenar en la Nochebuena. Bueno, odio el desvelo porque no adoro para nada estar el siguiente día con esa cara de sueño rezagado o de pocos amigos y con ojeras de tecolote.


* * *


La ciudad ha estado desierta. No ha sido sino hasta como a eso de las cuatro de la tarde, que todo mundo ha salido de sus casas y los autos, ya a las seis, han circulado por las calles como hormigas locas como si fuese día laboral. Es Navidad y luego se nos avecina la fiesta de Los Santos Niños Inocentes, patronos de la ciudad... otros días de juerga, que se adicionan a la Navidad.

La letra en la llaga (II)

La crítica es la mejor medicina contra el poder, pero éste se niega a tomarlo, porque cree ver en sus crueles palabras un laxante que le dejará el estómago vacío, incluso, sin vísceras.



Madrid - Real Academia de Medicina. Fotografía: Alejandro Blanco

La letra en la llaga


Si al poder le molestan la críticas, la pluma seguirá poniendo la letra en la llaga hasta que a aquél, por fin, algún día se quede solo y muera de aburrimiento.
Soledad. Fotografía: Marco Antonio Figueroa

miércoles, 24 de diciembre de 2008

martes, 23 de diciembre de 2008

Consortes






¿Qué son el Tiempo y la Muerte? Marido y mujer, cuyos esponsales ofició Dios.
Reloj de arena. Fotografía: Luis Mata

lunes, 22 de diciembre de 2008

La fonda de don Damián (III)


El rincón de los borrachos. Fotografía: José Muñoz González


SEGUNDO ACTO

PRIMERA ESCENA


La misma fonda. Don Satán vuelve con dos vasos de refresco, ambos de color rojo. Está frente a Félix y Fernando. Vestido de rojo y negra la cara. Ya trae los cuernos, pero los comensales no pueden vérselos.

DON SATÁN. (Sirviéndoles los refresco) Lo siento muchachos, pero la bebida de su predilección se ha agotado. Sólo me ha quedado este vino tinto importado desde las propias cavernas del Infierno.

Ambos lo prueban y lo escupen, porque tiene un sabor que escuece el paladar.

FERNANDO. ¿Y esto qué es?
FÉLIX. Sí, ¿qué es?
DON SATÁN. Es la receta favorita de la casa: vino tinto con chile jalapeño.
FÉLIX. Es una ofensa a mi paladar.
FERNANDO. ¿ Y la carne asada?
DON SATÁN. Tanto tuve que corretear al buey, que ni cansado pude atraerlo a la parrilla. Así que, simplemente, no hay carne asada. !Ah!, me olvidaba comentarles que el maldito, perdón, bendito ventilador se descompuso; así que también, en este lugar, no hay ventilación.

Molestos.

FÉLIX. ¿Qué fonda ni qué nada? Vámonos, Fernando.
FERNANDO. Esta fonda nada bueno para el paladar tiene.
Don Satán se queda solo, pero feliz. Se nota en su rostro sonriente. Se encamina hacia dónde está el rótulo y lo cambia por otro. Ahora se lee: LA FONDA DE DON SATÁN. Regresa hacia la mesa. Se sienta. Toma sorbo a sorbo el "Vino tinto endiablado", que así es como se llama la bebida. Monologa.

DON SATÁN. Estoy como yo quería, con mi legión de angelitos.

Al instante se aparece una legión de angelitos de Dios.

DON SATÁN. (Molesto) No, no, a ustedes no los he llamado. Si dije "mi legión de angelitos", me refería a los de mi papá.

Los angelitos de Dios salen en desbandada. Uno de ellos se cae, pero se levanta y se va.

DON SATÁN. !Qué Navidad ni qué nada! Molesta Navidad, diría yo. Soy el que pone los regalos en las vitrinas de los almacenes, tentándolos a que derrochen su sueldo y su aguinaldo. Soy el que pongo de mal humor a los jefes por el aguinaldo que les darán; ustedes saben que eso representa un buen gasto para sus empresas y ellos sólo piensan en sus utilidades, nada de repartición. Algunas veces, en mi reino me han llamado "negrero", pero es un calificativo injusto y al que no tienen justificación para etiquetarme así. Sólo fíjense: No les pago horas extras; les pago en colones, pero gastan en dólares; tiene derecho a dos días de vacaciones después de diez años de labor; los días de asueto los trabajan y no les asiste el derecho de reclamo; tengo la obligación de descontarles renta, AFP, seguro social, pero no estoy obligado a hacer los pagos por las retenciones efectuadas. Y esto lo hago no por robarles, sino porque la austeridad me tiene bien amolado. El fisco hay que se arregle con Dios; de todas maneras Él es bien buena gente. Por todo esto creo que no tengo derecho a ponerme la camiseta de "negrero." Si los diablejos hasta me han querido montar un sindicato y manifestaciones callejeras, pero como mis amantes son infiltradas y espías mías he logrado desbaratar a la chusma organizada. Por eso digo, que administrar personal no es cosa sencilla.

Finalizada su verborrea inútil (pero útil), don Satán se siente mareado a tal punto que en derredor suyo mira angelitos de Dios.

DON SATÁN. Y estos bichos malvado, ¿qué puercas hacen aquí?

Siente que la cabeza le da vueltas, efecto del "Vino tinto endiablado." Da un largo hipo y su cabeza busca apoyo en la mesa y en los brazos de Morfeo. Los angelitos de Dios le rasgan la piel con sus uñas, lo pellizcan, le revuelven el pelo, le aplican palmadas en los glúteos, pero nada lo despierta. Entonces los enviados del Señor deciden reunirse para cantar "Angeles", de Dei Verbum.




jueves, 18 de diciembre de 2008

Mi silencio

Silencio. Fotografía: Rachel Viegas


Calla, calla, calla. Mi nombre no te lo diré. De nada sirven las preguntas si el silencio será siempre mi respuesta. Aprende del silencio que es mi voz. No uses la aldaba, mejor aprende a estar en silencio, que éste será el llavín para abrir mi corazón.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Urracas

Urracas parlanchinas. Fotografía: Pablo Espinel


Prefiero el silencio al murmullo vocinglero de las aves indoctas que rayan la fatuidad, creyendo (o pensando) que esa es la más esencial verdad. Claro, su torcida y malentendida verdad.

sábado, 13 de diciembre de 2008

El clan

Tu envidia es más fuerte que cualquier cosa.
Fotografía: Matías Rodrigo


Pocos hombres odian la hipocresía; muchos se adhieren a ella como a un partido político, y enarbolan la bandera de la felicidad cuando el daño contra su semejante está consumado. Es un clan bastante numeroso que cada día gana más devotos, pero también pocos hombres con denuedo los enfrentan.

viernes, 12 de diciembre de 2008

El oculto (y desnudo) rostro de la hipocresía

Hipocresía burrocrrática. Felipe Cifuentes


Casi (siempre) el conocido (ya no llega ni a la categoría de compañero de oficina) habla muy lindo delante de ti, pero no tiene piedad para apuñalarte por detrás, meterte zancadilla y querer quedarse con tu ilustre puesto. Puesto que no pediste ni necesitaste de poner en evidencia a nadie, para que la alta jerarquía te lo ofreciera; es más, ni siquiera lo querías, pero por insistencia de tu jefe lo aceptaste. Sabías lo que te esperaba y quiénes te rodeaban, como también sabías que las mujeres son unas arpías y que los hombres son un nido de víboras.


A pesar de todas las confabulaciones por volarte la cabeza, tú les demuestras que en tu corazón no hay odio ni rencor en contra de ellos y ellas; por el contrario, le prodigas compasión (que es lo que necesitan con profusión) a esa bola de ineptos que no han pisado la universidad ni siquiera para ir a comprar un libro. Calidad humana aparte, diría yo.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

La magia creció, yo también

El mismo amor, la misma lluvia. Fotografía: Marcos Duarte


Desde chico la magia creció conmigo: fui yo quien la abandonó en una barranca o en el primer amor que me hizo sentir mariposas en el abdomen.

El hambre... la ignorancia

La fatiga de la ignorancia. Carlos Cubeiro


Peor que el hambre es la ignorancia. Sólo basta escuchar el discurso de los políticos y sabremos cómo estos carecen de fundamento, de lo más esencial: sentido común.


En su intento la Muerte pierde

El tango de la Muerte. Fotografía: Charles Féval

Ahora que la Muerte ha decidido (¡uf, por fin!) darme muerte, yo le pido que no lo haga; pero ella me dice que mi día y hora ya están señaladas y que nada puede hacer. Le suplico, me arrodillo y le hago el bendito (así entre nos, lo mío es toda una farsa) pidiéndole que no lo haga.

-- Lo siento -- me dice --. Son órdenes que vienen de arriba.

Cuando con su índice me señala el techo, le pregunto:

-- ¿Del techo?

-- No, del Jefe.

-- ¿Cuál Jefe?

-- Dios -- me responde.

-- Pero...

Me quedo con la oración en suspenso, porque me interrumpe.

-- No hay peros que valgan. Híncate y reza tus oraciones -- me ordena.

Me hinco y agacho la cabeza. Antes de doblar la testuz, echo una mirada a la Muerte y veo que corre hacia atrás su guadaña. Tengo muy cerca la vieja banqueta que me dejó mi abuelo; la tomo y en un santiamén, cuando la hoja viene hacia adelante se la estrello contra toda su huesuda cara. Cayó (o paró las patas) y jamás volvió a levantarse.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Eliminemos la violencia...

Eliminemos la violencia: los niños queremos paz, es el título de la obra pictórica que Andrea María presentó al certamen convocado por la Corte Suprema de Justicia y Concultura. Cuando fui a dejar esta obra a la Corte el treinta de septiembre, estaba cayendo una de las últimas torrenciales lluvias de invierno. Invertí bastante tiempo en andar buscando la bendita oficina y mientras mi cuerpo se bañaba con agua del cielo (como si no bastase el baño diario de la mañana), yo andaba bien protegida en una bolsa plástica la obra de Andrea.
Dividido en dos partes (por esa línea negra que atraviesa más de la mitad de la pintura), como un cómic.
La técnica fue mixta: acrílico, yeso pastel seco y algodón.
Sobre la obra. Son unos niños, creo que discutiendo por algo, pero al final se reconcilian y convergen en que hay que eliminar la violencia.

El procaz don Francisco

El pícaro. Fotografía: Emilio A. Pacios


A don Francisco, al igual que a don Élmer lo conocí en una empresa, cuyos accionistas eran los Henríquez. Para llegar a la segunda planta donde se hacinaban varias sociedades de los mismos dueños, primero, había que traspasar una puerta de vidrio, subir unas gradas que se quebraban en "C" y al final de la escalinata se encontraba don Francisco. Luego se empujaba otra puerta de vidrio y ahí se hallaba una oficina oblonga con tres cubículos en el flanco izquierdo y el resto de la infraestructura para los encorbatados, que se ubicaban en sus escritorios, sin simetría y sin orden, como una oficina gubernamental.
Francisco Farré, auxiliar de créditos y cobros, al final; Jorge Orantes, auxilar contable, un poquito más allá de cintura de la oficina y yo, casi en la mitad de la misma.
Pero de quien quiero hablar es del personaje que dejé detrás de la segunda puerta que abrí, don Francisco. Bien, era un personaje quizá con unos ochenta años en su espalda, cabello nevado, alto y una picardía propia del que, desde infante aprendió de alguien que fue más pícaro que él.
Contaba que fue expulsado de la escuela, porque le zampó una pedrada a su profesor de segundo grado. Pero lo contaba con una frialdad en la que el acto no resultaba ser grave ni que tal hecho le ameritara la expulsión del recinto escolar. En otras ocasiones era demasiado procaz, y al ver pasar a alguna dama o señora, compañera de oficina, decía:
-- Fíjese que la Fulanita ha comprado un pedacito de la grande para hacerse rico, rico.
Lo decía tan natural que cualquier oyente no podría pensar en el doble sentido que él mismo aplicaba a sus palabras.
Ignoro si don Francisco ya habrá entregado su alma a Dios o al Demonio... digo, por las diabluras que cometió.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Don Élmer y su sabio trabalengua

Viaje a la Luna. Fotografía: Fernando Martínez


Don Élmer era un señor muy jovial. Digo era, porque ya hace varios años entregó su alma al Creador. Tenía sus dichos y trabalenguas llenos de sabiduría; de entre ellos sólo recuerdo uno, el cual me escribió para que yo lo aprendiera, y decía así:

Es que hay unos,

ya porque uno,

piensan que uno

y no sólo uno,

también uno.

Siempre existen personas que se ufanan por saberlo y hacerlo todo y creen que sólo a ellos les es dable tal o cual capacidad o destreza para hacer cualquier cosa; se pavonean por doquier sintiéndose los reyes del mundo. Son los únicos que pueden realizar proezas inconceblibles e inimaginables. Ahí entra la sabiduría popular de don Élmer: tambien uno (o nosostros) puede (o podemos) hacer magnas hazañas, no sólo los vanidosos.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Bestialismo

Cariño, quiero ese cuadro. Fotografía: Guillermo Oyágüez


-- ¡Papá! -- gritó muy alterado, Jonás.

-- ¿Qué pasa hijo? ¿Por qué tanto escándalo?

-- Desplumé a la gallina.

-- Hubieras dejado que tu madre lo hiciera. Además, eso no es motivo para armar semejante jaleo.

El padre continuó leyendo el periódico del día jueves cuatro de noviembre. Jonás sentía una gran culpa por su acción y siguió con su perorata.

-- Te estoy diciendo que la follé.

Don Santiago frunce el ceño entre estupefacto y ridículo. Se apea los gruesos aros del tabique nasal, y suelta palabras compasión hacia su hijo.

-- Pero eso no es gran pecado, hijo, serénate. Pero en todo caso sí estoy muy molesto contigo. Yo te habría hechado la mano en tan delicada tarea y no me avisaste. Vamos, continuemos con la obra, hijo mío.

-- Ya no podemos papá. Cuando saqué el miembro, la gallina quedó como un saco al revés.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

La fonda de don Damián (II)

La lanza de Longinus. Fotografía: Nicolás Moulin


SEGUNDA ESCENA

Jesús está de espaldas y Poncio Pilatos frente a Él. Dos soldados le hacen guardia, uno en cada flanco de la silla. Caifás y Anás, miembros del Sanedrín acompañan a Jesús. Pilatos cuestiona al Mesías.
PONCIO PILATOS. Así que tú eres Jesús: ése del que tanto habla la plebe, la gente sin oficio.
JESÚS. Tú lo has dicho.
PONCIO PILATOS. ¿Ya sabes de qué te acusan? Te llamas "Hijo de Dios", "Rey de los Judíos",...
Lo interrumpe Jesús.
JESÚS. Lo dices porque tu mente llegó a esa conclusión o porque ya te entregaron el cadáver para el entierro.*
PONCIO PILATOS. Soy el Procurador; el cargo lo tengo por méritos. No necesito que nadie piense por mí. (Molesto)
A Pilatos algo le pica en la espalda. Llama a la esclava.
PONCIO PILATOS. Esclava Isaura, ven. Me pica la espalda, ráscame.
La esclava Isaura acude al llamado. Poncio Pilatos despega su espalda del resplado de la silla. La esclava Isaura, sobre la tela, hinca sus uñas.
PONCIO PILATOS. Más abajito, a la derecha, por la paletilla; ahí, ahí, ¡aaaaaaah! Ya estuvo suave (serio): puedes marcharte.
La esclava Isaura obedece. Poncio Pilatos cruza su antebrazo sobre el abdomen y apoya el codo derecho en su muñeca izquierda, llevándose la mano al mentón y acariciándose la barba se le nota dudoso, pensativo.
PONCIO PILATOS. ¿En qué estábamos, Jesús?
JESÚS. ¿No lo recuerdas? Esas lagunas mentales son síntomas de Alzheimer.
PONCIO PILATOS. ¡Qué Alzheimer ni qué ocho cuartos? (Parece recordarlo) Ah, sí, en que crees ser el "Hijo de Dios" y un Rey sin corona.
JESÚS. Mi Reino no es de este mundo.
PONCIO PILATOS. ¿Y entonces de cuál? (Burlándose) Llévame contigo para poder asesorarte. Necesitarás de un buen administrador.
Se queda gesticulando en silencio, como un loco. Su cara ya no parece la de un procurador sino la de un orate, que ha salido del manicomio. Un tonto al que nada le importa. Se pone la mano en cada lateral de la cabeza, como si le doliera. Luego se las quita, y con ellas se toma el cuello, ahorcándose; se queda sin aire y cae al suelo. Queda inmóvil. Los soldados y los miembros del Sanedrín acuden a auxiliarlo.
SOLDADO 1. Procurador, ¿qué le pasa?
SOLDADO 2. ¿Qué le pasa, Procurador?
El aire vuelve a sus pulmones. Reacciona, balbucea entre dientes. Primero algo ininteligible.
PONCIO PILATOS. Otsircusej, yer ed sol soíduj. Út on sere yer, oíduj edleber.
Luego señala con su dedo índice hacia un lugar invisible, y con vozarrón de trueno escupe palabras de burla.
PONCIO PILATOS. Tu Teino, ¿no será como aquél? Ja, ja, ja,...
En primer plano aparece un juglar y declama el poema "Señor: ayer te vi pasar..."
Señor: ayer te vi pasar con la cruz
al hombro. ¿Sabes?: sentí tanta pena
y tanta angustia al verte en tal faena;
mas yo aún no levanto la testuz.
¡Como sufres con el tosco madero:
te domina el peso y al suelo
caes! Tan díscolo soy a tu celo
de salvarme del trajín altanero.
Digo seguir tus paso, sin embargo
sigo siendo el mismo. Te atizan
para que pronto consumas tu cargo.
Me quedo plantado en el camino
y ahora que los demás se frisan,
yo estoy en un total desarino.
San Salvador, octubre 04 de 1990
* En este punto de la conversación, Jesús ya presiente (y sabe), que su vida pende de un hilo.

martes, 2 de diciembre de 2008

Lo estéril del discurso

Fiesta de las flores y palmas, Panchimalco. Fotografía: RVSV


¿Qué hay detrás de los discursos políticos? Hipocresía, falsedad, estolidez y vacuidad, resumida en una sola palabra: NADA.

La ventaja que ofrece el uso de máscaras, es que uno puede despojarse de ellas a la hora que quiera. A los políticos no les es dable dicha ventaja: ya la llevan adherida a su rostro, como El hombre de la máscara de hierro, y si se la quitan, temen verse con la faz deforme y mostrarle a la plebe su propio demonio.

lunes, 1 de diciembre de 2008

La fonda de don Damián

El Diablo Bar. Fotografía: Vexed Llama

Para Fedor,
para Eliseo.


PERSONAJES
JESÚS
PONCIO PILATOS
SOLDADO 1
SOLDADO 2
CAIFÁS
ANÁS
JUGLAR
FÉLIX
FERNANDO
DON DAMIÁN
DON SATÁN
MELCHOR
GASPAR
BALTASAR
MARÍA
JOSÉ
ÁNGEL TOMÁS
ÁNGEL CARMENCITA
ÁNGEL DOMINGO
ÁNGEL ÁMILI
ÁNGEL MARCO ALFREDO
ÁNGEL MARÍA
ÁNGEL SANTIAGO
ÁNGEL JUAN
ÁNGEL JUDAS
ÁNGEL JUANITA
ÁNGEL ESPERANZA
ÁNGEL ADONAI
ÁNGEL GABRIELA
ÁNGEL ANDREA


PRIMER ACTO
PRIMERA ESCENA
Entran en la fonda dos jóvenes universitarios. Hablan de lo bien y de lo mal que les ha ido en los últimos exámenes. A la izquierda el mostrador y tras él, el mesero. El mesero es un hombre obeso, con camisa arrremangada y mandil. Se entretiene por diversión limpiando platos, vasos y cubiertos. Silva una canción de moda: es un hombre que la seriedad la aplica al dedillo en su trabajo. Enfrente un gran rótulo que dice: FONDA DE DON DAMIÁN.
FÉLIX. ¿Y cómo te fue en el examen de contabilidad?
FERNANDO. Pues creo que bien. Sólo me quedó una pequeña duda, que por el momento no recuerdo cuál es.
FÉLIX. A mí no tanto, porque la bendita conciliación bancaria no me cuadró.
FERNANDO. Perono te preocupes. Recuerda que el catedrático siempre toma en cuenta el procedimiento.
FÉLIX. Tienes razón. No debo preocuparme antes del tiempo; por lo que si debo preocuparme es por estudiar un poco más, porque para este examen me atuve... no sé ni por qué.
FERNANDO. Mira a propósito, cómo pasa de veloz el tiempo, pues ya es veintitrés de diciembre.
FÉLIX. Ah, sí, la antevíspera de Navidad. ¡Me encanta la Navidad!
FERNANDO. Cierto, pero a mí la época que más me gusta es la Semana Santa, porque me hace vivir interiormente la Vida, Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
Fernando se queda pensativo. Reflexiona, y luego habla sobre las vicisitudes que tuvo Jesús en la Tierra.
FERNANDO. Sí, Félix, pobre Niño, no sabía con qué mundo tan malvado se iba a encontrar ya adulto. Similar a lo que pasa en la actualidad: la criatura no sabe que el mundo es peligroso.
FÉLIX. Sí, que a su paso encontrará muerte, drogadicción, ladronismo, enfermedades incurables,...
Los interrumpe don Damián, el mesero, que en ese momento trae un bolígrafo y una libreta en que anotará la orden.
DON DAMIÁN. ¿Qué van a cenar los caballeros?
FERNANDO. ¿Cuál es la especialidad de la casa?
DON DAMIÁN. Pues la especialdad de la casa es carne a la parrilla, casamiento, chimol, chorizo y dos tortillas bien tostaditas en las vivas brasas, como en el Infierno.
FÉLIX. Tiene mucha razón, este calor es insoportable. No tendrá aunque sea un ventilador para contrarrestar este frío inclemente. (Lo dice con sorna)
DON DAMIÁN. Sí, ya les traigo un ventilador, que fue propiedad de mi tatarabuelo Bel. (Ya se ha marchado para traer la orden, pero se vuelve hacia los comensales, como dándose cuenta del error.) Corrección: Abel.
Se va, pero la voz de Félix lo detiene.
FÉLIX. Antes de que se marche. ¿Cuál es el sabor de bebidas que tiene?
DON DAMIAN. Tengo refrescos de tamarindo, de horchata, de cebada, y para levantar el espíritu, nada menos que el coche-bomba, mezcla de alcohol 90, vino tinto, whisky, pasas y unas rajitas de canela. Es la receta que me legó mi tatarabuelo.
FÉLIX. Me quedo con la horchata.
FERNANDO. Yo con el tamarindo.
DON DAMIÁN. ¿Con piquete o sin piquete?
FERNANDO. ¿Qué extrañas mezclas hace usted, don Damián? Sin piquete.
DON DAMIÁN. De acuerdo.
Don Damián se marcha a preparar la orden.
FÉLIX. ¡Qué señor más extraño!
FERNANDO. Sí. Volviendo al tema: pobre Jesús.
FÉLIX. Y María, también
FERNANDO. Al igual que José.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Devorando a la plebe

El lobo canalla. Fotografía: Alejandro Gabriel Alonso.


La política sucia, entre dentelladas limpias se hartó a la plebe... y con ello quedó satisfecha.

El padre Patricio

El monje. Fotografía: Sergio Bosco



Conocí muy poco al padre Patricio; aunque de su nombre y apellido ya eran dueños la feligresía entera desde hacía muchos años atrás. Ora se estacionaba en boca feligrés, ora llegaba a oídos de otra hermana, que comentaba con fervor los favores recibidos por aquélla de parte del religioso. Era la vox pópuli la que se encargó de divulgar sus buenas obras: una beca estudiantil por aquí, una ayuda económica por allá, el consuelo oportuno a una viuda, el colocar a un cesante en un empleo digno, aplicar la extremaunción a los enfermos,... Lo que pasa es que él aplicaba al dedillo aquella máxima: "Que tu mano izquierda no sepa lo que hagas con la derecha."
Vuelvo al punto de mi poco conocimiento sobre el padre Patricio. Mientras mucha gente lo conoció por sus obras de caridad, él entró en mi conciencia por un pequeño detalle. Era sábado veintiséis de febrero de mil novecientos noventa y cuatro, siete y media de la noche (minutos más, minutos menos, no importa), que él celebraba mis esponsales. Cuando bendijo las arras con agua bendita en la oquedad de mis manos y luego yo, quise depositarlas en las manos de María Teresa, una dos o tres quedaron pegadas en mis palmas y, presurosas, rodaron sobre el piso. Luego, él dijo: "Repitámoslo nuevamente." Y así lo hicimos, y esta vez sí, todas las arras cayeron donde debían.
Recuerdo también que, por aquellos días existía el Grupo Juvenil "San Patricio", cuyo nombre hacía alusión al patrono de Irlanda, pero más, creo, al hijo de San Jerónimo.
El melancólico canto de las cigarras penetra en el ambiente (se aproximan los días Santos) y en el corazón de la feligresía, porque precisamente hoy, Viernes de Dolores ha abandonado la vida el padre Patricio Martinozzi. El veintisés de marzo, un mes después de mis esponsales, enterramos al padre Martinozzi en la Basílica de Guadalupe. Ahí, el coro del Grupo Juvenil "San Patricio" entonó una canción muy sentida: Tú eres mi hermano del alma, realmente el amigo... La feligresía no soportaba más ese dolor y quería, quizá, con sus llantos, devolverle la vida, pero los designios de Dios son suyos y no no asiste el poder de resucitar a los muertos. No nos queda más que aceptar sus mandatos y mientras tengamos vida, recordar al padre Patricio como lo que fue: Pastor de su parroquia.
Antiguo Cuzcatlán, noviembre 11 de 2008

sábado, 29 de noviembre de 2008

El Diablo se llevó al diablo

El Diablo. Fotografía: Josué Cortez


El Diablo hasta en los asuntos de Dios anda de meque. Cuando Antiguo Cuzcatlán era un pueblo o una villa, la periferia de San Salvador o de Santa Tecla; cuando las correntadas de invierno bajaban raudas sobre la que hoy es la 3ª Avenida Norte "Cesarita Esparza", cada veintisiete de diciembre aparecía un diablo, sí, un diablo. Era un señor bajito, vestido de rojo, con la cara completamente negra, cuernos afilados y una cola excesivamente larga con la que, a modo de fusta, azotaba a los pecadores, cual Talcigüines de Texistepeque.
Su traje rojo promocionaba la marca Tick Tack (¡Qué rico es Tick Tack con frijolitos, aguacate, queso, crema o camarón...! ¡Qué rico es Tick Tack, qué sabroso su sabor, Tick Tack es el mejor licor nacional de El Salvador!)*; acompañaba a la procesión que encabezaba Santa Juana y le seguían los Santos Inocentes. Durante el recorrido iba escarmentando a los distraídos, y a las mujeres, pícara e inversamente, les columpiaba las cejas.
Muchos recordarán (en su momento con rabia, ahora con alegría) el coletazo impertinente aplicado como chile en una llaga (mas ahora lo recuerdan como un ungüento sobre su piel), y hasta es posible que le hayan dejado ir una ristra de palabras soeces queriendo matarlo.
Pregunté a don Magno y a mi tío Miguel sobre si su visita era en cumplimiento a una promesa hecha a los Santos Inocentes, y ambos me lo afirmaron, pero nada me opinaron del milagro concedido. Qué cuál era su nombre, ninguno supo darme referencia. Qué de dónde procedía, mi tío no me dio una respuesta precisa; mas don Magno me aseguró que venía de Ciudad Delgado.
Eliseo dice que murió aquí, don Magno dice que no. Habría que reconstruir la vida y la muerte de este pobre diablo (si alguien sabe más pormenores, será un placer escucharle), que deambuló por nuestras calles y que azotó a medio mundo, como medio mundo también, hubiese querido flagelarlo o lapidarlo como a un sapo.
Un día el Diablo tentó al diablo y lo hizo naufragar en un mar etílico. ¡Qué ironía! El Diablo se llevó al diablo.
* Son fragmentos de la canción que se escuchaba por la radio. Mencionaba el puerto de Acajutla, la playa del Majagual y otras que con el tiempo he olvidado. Digo fragmentos, porque no recuerdo cómo unir el puerto de Acajutla y el Majagual.
Antiguo Cuzcatlán, noviembre 10 de 2008

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Congratulaciones por partida doble


Hoy cumple once años Andrea María. El día de su nacimiento también fue un día miércoles, como hoy. Recuerdo que ese día estuvo marcado por una leve llovizna, que mojó mi pobre humanidad mientras me desplazaba al Hospital Primero de Mayo del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), sin saber que ya pocos minutos para nacer le quedaban a la criatura.

Hace dos años atrás, exactamente el domingo veintiséis de noviembre hizo su primera comunión. Hay un motivo muy grande para retomar este blog abandonado. Andrea María, como dije (más bien, escribí), está cumpliendo sus once años y precisamente hoy, veintiséis de noviembre ha recibido el premio único del "Certamen Cultural 2008", en el género de pintura, nivel infantil por parte de la Corte Suprema de Justicia y el Consejo Nacional para la Cultura y el Arte, CONCULTURA. Como premio ha recibido el nada despreciable metálico, una artesanía y su diploma que la acredita como tal.

¡Qué bien, que desde pequeña empieza a ganar premios esta niña que pronto se volverá señorita!

Congratulaciones por partida doble para Andrea María.

jueves, 25 de septiembre de 2008

El jardín imaginario

Andrea María, la primera de la fila (y al lado del retrato de Marcel Marceau) y alumnos y alumnas del CENAR, saludando al público al final de la velada.
Jardineros, explicada con palabras, es un grupo de niños y niñas buscando tierra fértil para sembrar. Excavan con sus minúsculas herramientas y tiran la semilla en tierra generosa; luego, cansados de la faena diaria se dejan consentir en los brazos de Morfeo. Al despertar, van al sitio donde han sembrado y para su sorpresa han nacido y (crecido) hermosas flores rojas, azules, amarillas, blancas (me las imagino, claro, porque no existen tales flores), las cuales, en parejas, depositan en un pequeño baúl al pie del retrato del mimo francés. Se marchan.
Pero cuidado, alguien los ha estado espiando. No es ningún violador ni ladrón que abundan en la metrópoli: es Dimas Castellón, el mimo mayor. Se acerca y ve con sorpresa lo que el baúl contiene: un hermoso ramillete de flores. Fin del la obra.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Andrea María, la mimo jardinera

Andrea María en las butacas del auditorio "Pedro Geoffroy Rivas",
del MUNA, antes de su actuación en Jardineros.
Su primera gran actuación en un escenario inmenso (para sus casi once años). La obra, Jardineros, en ocasión del primer aniversario luctuoso del mimo francés, Marcel Marceau. El auditorio parecía encogido con la ola de invitados: más de doscientas personas aproximadamente.
Será una obra corta, pero ayudada por los gestos y actos de los niños y niñas del Centro Nacional de Artes, la obra cobró dimensiones espectaculares para los padres y madres (y para los invitados, también), que ahí nos encontrábamos.
Al final de la velada, salimos paladeando el dulce sabor que deja una magnífica actuación de un mimo profesional y de los pequeños mimos, que han iniciado su actuación en grandes escenarios.

"Historias en silencio"

Dimas Castellón, actuando en Jardineros;
a la izquierda, el retrato de Marcel Marceau.

La noche de anoche, La Alianza Francesa y el actor Dimas Castellón, al cumplirse el primer aniversario de la ausencia física de Marcel Marceau decidieron montar un espectáculo denominado Historias en silencio, el cual consta de trece obras cortas, de cuya autoría, él es el responsable. En once historias actúa en solitario; sólo en "El ciego" actúa una jovencita que interpreta a varios personajes que habitan en la sociedad y en "Jardineros", que se hace acompañar de alumnos y alumnas del Centro Nacional de Artes, CENAR.
El título de las trece historias de Historias... es como sigue:
I La bicicleta
II El árbol
III La ciudad
IV La cuerda
V La canoa
VI La traición
VII El ladrón
VIII El ciego
IX El cazador de mariposas
X El laberinto
XI La carta
XII La marioneta
XIII Jardineros
Diré que este mimo arrancó carcajadas al público y aplausos, que muy bien merecido los tenía.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Disculpen la recomendación, señores y señoras


Julia no escucha los discursos. Fotografía: Marta Repupilli


Hoy que la Patria está de manteles largos, es común oír discursos vacuos, de políticos que nada tienen qué decir (como siempre), y que se ocupan en hablar linduras de la Patria, cuando esa Patria de la que dicen aman tanto, no la quieren ni la estiman.


De los brazos de Morfeo me arrebató el cañonazo número tres de los veinte y uno que rompieron el silencio, y no me quedó más que, después del aseo personal y el desayuno de rigor (ni modo, los actos cívicos los realizan frente a mi domicilio), escuchar la lindura de discursos improvisados por uno u otro funcionario, que ese momento le correspondió su turno para echar mano de la oratoria, que ni fluida ni florida. ¡...Ay, Doctores, doctores! Yo les recomendaría, si es que me permiten, en mi desquiciado juicio, sugerirles la lectura de De la invención retórica y Pro Milone, ambas de Cicerón.


Es lo poco que puedo recomendarles, pero creo que en algo puede ayudarles.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Triunvirato literario entre mis manos

No he terminado de leer La conjuración de Catilina, de Salustio, historiador romano y ya estoy leyendo Catilinarias, de Marco Tulio Cicerón. Antes tuve entre mis manos La guerra de las Galias, de Julio César.
Confieso que, exquisitas obras de Historia (y soberbios autores) me han dejado con buen sabor en la boca que pienso (y deseo) repetir.

lunes, 1 de septiembre de 2008

¿Festival del Maíz?

Fotografía: Josué Cortez


Hay festivales de música, de danza, de teatro. El Diccionario de La Real Academia Española al definir el término festival, dice: "m. Fiesta, especialmente musical." Y también: "m. Conjunto de representaciones dedicadas a un artista o a un arte." O sea que se refiere a seres humanos que sepan ejecutar instrumentos musicales y a personas que puedan actuar en alguna danza o en una obra de teatro. Para que a un evento pueda llamársele festival, es necesario que los protagonistas tengan vida propia y actuén (sea músico, actor o danzante) por voluntad propia.


Actualmente se le denomina "Festival del Maíz" (en todo caso debería llamarse "Festival del Elote") al día en que se preparan y se venden productos hechos de elote.


¿Festival del Maíz? Nunca he visto a una mata moverse por su propia voluntad y si lo hace, es porque el viento la induce a ello ni tampoco mi vista se ha deleitado viendo a una mata histriónica, ejecutando un intrumendo o bailando a son de una danza. ¿Será correcto, entonces, decir "Festival del Maíz"? Del Elote, en todo caso.

lunes, 25 de agosto de 2008

Miseria humana

Una de las mayores miserias humanas es la hipocresía. Hay que odiarla y no ser amigos de los que se comportan como tal. Es mejor mantenerlos al margen y no sentir odio ni menosprecio hacia ellos. Sintamos compasión, que a ellos les falta mucha, mucha humanidad.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Obra terminada




Sor Mercedes me ha dicho, que para terminar la ampliación del Colegio Esparza tuvieron que endeudarse. No lo hicieron a través del sistema financiero (que buena tajada en intereses les quitaría en el momento de efectuar los pagos, y el abono a capital sería menos) sino que una institución hermana, el Colegio Nuestra Señora de la Paz, de San Miguel, le hizo el financiamiento, sin intereses claro,... y sólo eso es ganancia y una decisión muy acertada de parte de las hermanas.


Los treinta y cinco más una suma de ceros a la derecha, es el complemento de la contraparte que el gobierno Vasco les exigió en el convenio para que el proyecto llegara a feliz término.


La deuda es grande, pero la congregación está feliz (y satisfecha) con la obra terminada. ¿Y quién no?


(La ampliación está destinada para el tercer ciclo)

Recordando el viaje

Maizales. Fotografía: Esteban Rosales


Eliseo quedó muy contento con el viaje que hiciéramos donde mis parientas el miércoles séis de agosto. La caminata nos desintoxicó(y desestresó) de la contaminación urbana y del ajetreo laboral que a diario ejercemos en la jungla de cemento. Le pregunté a Marta que si podía prepararnos una atolada para finales de mes. Me dijo que con gusto. Entonces, para fin de mes nos espera el choclo y el delicioso atol de elote.

(Creo que la caminata no la haremos porque llevaremos a nuestas consortes e hijas)

El susto de las monjas antropófagas

Dos monjas. Fotografía: Janrito Karamazov


En un convento hay veinticinco monjas. Dos de ellas, como merienda se comen a los niños que las humildes aldeanas dejan bajo su protección. Ocho de ellas comentan ser la reencarnación de la Virgen María, y el resto se deleitan en la oración al Santísimo.

Pero hubo un niño más listo que las antropófagas; y es que se vistió de rata y las dos monjas, con el horror en sus caras salieron huyendo del cuarto-prisión donde tenían a los infantes. Le dijeron a la Superiora que renunciaban a los hábitos, porque en el convento vivía el propio Satán convertido en rata del tamaño de un niño de diez años.

Esa era la excusa perfecta, porque a la salida del convento, a cada una de ellas la esperaba un caballero con saco, corbata y sombrero... y la diligencia que las llevaría a un hostal donde conocerían (y pondrían en práctica) lo que habían visto (furtivamente) en la revista Playgirl.

domingo, 17 de agosto de 2008

El perfecto idiota

El tonto es el personaje que se preocupa por alcanzar la excelencia (de la idiotez) en la sociedad.

Hora de misa

Parroquia Los Santos Niños Inocentes, Antiguo Cuzcatlán.
Fotografía: René Aguiluz


Acabo de pasar frente (y paralelo) a la iglesia católica. Es hora de misa y hay feligreses que se han quedado afuera, porque realmente la parroquia de Los Santos Niños Inocentes se ha encogido en relación con el crecimiento de la población. Esta parroquia es administrada por la orden de San Jerónimo Emiliani.

Hoy el municipio tiene urbanizaciones de gente poderosa, que tiene qué ver con el desarrollo del país. Antes, recuerdo, en esta pequeña iglesia sólo se celebraban matrimonios con la gente pobre del municipio; ahora no, hasta novias en limusinas vienen a dar el sí ante altar y el sacerdote, que ese momento representa a Dios.

Pues bien, decía, que la gente ya no cabe y si en un pretérito la iglesia se hubiera contruido con mayor número de metros cuadrados, en la actualidad, no habría problema de espacio para la feligresía que se acerca a adorar a Dios.

Mentiras espaciales


Lujos y mentiras. Fotografía: Marco Dianez


Los políticos elevan sus discursos como cohetes espaciales, que las gentes, al verlos tan altos (y escucharlos) les creen. Ante esa lindura dialéctica se anonadan sus seguidores y sólo pocas personas (no adheridas a ninguno ni otro bando) no se toman las píldoras políticas. Saben, que como el Challenger explotará en el espacio.

El gesto brutal del pintor

Deposición, de Caravaggio
(Viernes Santo: 06 de abril de 2007)
SOBRE LA MESA circular un grupo de libros y de autores: Abaddón el exterminador, de Ernesto Sábato; Cuentos completos I, de Julio Cortázar; Guía triste de París, de Alfredo Bryce Echenique; En las cimas de la desesperación y Brevario de los vencidos, de E. M. Ciorán; Matilda, de Roald Dahl; Fábulas, de León Sigüenza; Caravaggio, de Gilles Lambert; Vida perdida, de Ernesto Cardenal y Años y leguas, de Gabriel Miró. Unos leídos, otros en capilla ardiente para ocasión más venerable. Distante al alcance de lenguas tan disímiles que forman esta torre babélica la revista Síntesis, correspondiente al año cincuenta y cinco. Veo la portada, y sobre un fondo morado el título en letras negras y rodeadas en su contorno de color amarillo; sobre un quinto de la portada y en forma rectangular: Revista Cultural de El Salvador, año II - No 13. En su solapa detengo mi vista en el índice: "Semana Santa en el pueblo", por Arturo Ambrogi, página setenta y uno. Lectura muy propicia y nada desdeñable para estos días santos. Busco el número que la solapa indica, y leo con grande deleite. La lectura me sacude el recuerdo. En febrero del año pasado el reto personal se manifestó pictoricamente: pintar una de las estaciones del Vía Crucis.
Para todos los Viernes de Cuaresma y Viernes Santo, a mi madrina Mariana le encargan una estación, la treceava para ser preciso: Jesús es bajado de la cruz. Visité las ventas de artículos religiosos con la intención de comprar una estampa que me sirviera de referencia para pintar la estación antes mencionada, pero no encontré una que personalmente me satisficiera. Busqué en una revista de arte y ahí encontre la Deposición, de Caravaggio, que viene a ser la catorceava estación: Jesús es colocado en el sepulcro. Me dije que podría ser un buen regalo para mi madrina en esa Semana Santa, pero no lo terminé. Dos mañanas, con sus respectivos sábados sólo para engrapar la tela en el bastidor; preparar el lienzo con la pintura blanca acrílica, mezclada con cola blanca y elaborar el dibujo. Comencé a pintar por donde no debía: los personajes principales y por último el fondo. Pensé que la obra estaría lista en escasas cuatro semanas, ¡craso error de pintor en ciernes! Con el bendito cuadro pasé todo el año dos mil séis, y aún no vislumbraba poder acabarlo.
Me meto de cocorota en la lectura y me abstrae el recuerdo de la "Procesión del Silencio", exactamente cuando leo: "Percibimos claramente la voz que clama: ¡Jesucristo fue obediente hasta la muerte! Y luego otras en coro, que contestan: -- Ora pro nobis". Hoy ya no se usa el latín, lengua que Benedicto XVI quiere restituir en las misas, y todo el mundo, actualmente, contesta:
-- Y muerte de cruz para salvarnos.
Le metió mano Wilber, el profesor Polío y Walter. Con Walter hasta fuimos un día miércoles por la tarde a meterle pintura literalmente. Creo que Wilber a Jesús le pintó el rostro, le dio ese color mortuorio y le figuró las costillas. El profesor Polío le acentuó los rasgos faciales a José de Arimatea; y muchos compañeros al verlo decían que era mi autorretrato. Walter colaboró con los rostros de María de Josef, María de Magdala, María Salomé y el Nicodemo. Como pueden inferir, es una obra colectiva como si de fuera tesis de grado. ¡Qué vergüenza! Al final no podré decir que es una obra pintada totalmente por mí. Y luego, más tarde diría yo, para sacudirme un poco la vergüenza, que esa obra fue hecha con una pequeña ayuda de mis amigos.
Fredies Monge, otro de los docentes, decía:
--Esto ya parece la segunda catedral.
Duglas, con la sana intención de hacerme sentir mal, cosa que no logró por más que quiso, porque a mí, igual que a Schafick Hándal, me resbala, comentaba dirigiéndose a mí:
-- ¿Y por qué no te lo llevas para terminarlo en la casa?
-- A las ganas les ha dado por quedarse inmóviles.
Y hasta tenía el valor de decirme, que cuando ya estuviera en los detalles de los personajes que le avisara, porque en eso me podía echar la mano. Pobre charlatán, decía yo, con unos tres cuadros que ha pintado ya se cree todo un Miguel Ángel, Rafael o Leonardo, y más grave aún, eran formatos minúsculos en comparación con mi pintura: un metro de altura por setenta centímetros de ancho.
Y César Mateo:
-- ¿Ya va a estar el milagro?
Di por terminada la sesión y el cuadro también. El Viernes Santo entre mirto, palmas y flores se lucía la Deposición en el centro de su moldura.
Y la gente que detrás de la "Procesión de los Encuentros" iba bioqiaberta quedaba viendo la Deposición, de Caravaggio, copia infiel hecha por mí, y aunque ignorantes del título y de la identidad del pintor, igual admiraban la pieza y congelaban el instante con sus flashes, y hasta me imaginaba a Jesús haciendo sus mejores poses de difunto, y por fin, descolgándose de los brazos del Nicodemo y de José, fastidiado de tanta admiración, reprimía con dureza a la muchedumbre:
-- ¿Y qué nunca han visto un muerto?