jueves, 4 de diciembre de 2008

Bestialismo

Cariño, quiero ese cuadro. Fotografía: Guillermo Oyágüez


-- ¡Papá! -- gritó muy alterado, Jonás.

-- ¿Qué pasa hijo? ¿Por qué tanto escándalo?

-- Desplumé a la gallina.

-- Hubieras dejado que tu madre lo hiciera. Además, eso no es motivo para armar semejante jaleo.

El padre continuó leyendo el periódico del día jueves cuatro de noviembre. Jonás sentía una gran culpa por su acción y siguió con su perorata.

-- Te estoy diciendo que la follé.

Don Santiago frunce el ceño entre estupefacto y ridículo. Se apea los gruesos aros del tabique nasal, y suelta palabras compasión hacia su hijo.

-- Pero eso no es gran pecado, hijo, serénate. Pero en todo caso sí estoy muy molesto contigo. Yo te habría hechado la mano en tan delicada tarea y no me avisaste. Vamos, continuemos con la obra, hijo mío.

-- Ya no podemos papá. Cuando saqué el miembro, la gallina quedó como un saco al revés.

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