El año va, como como el Titanic, de pique; tiene sus horas en la cuenta regresiva y ojalá , el siguiente, nos depare uno colmado de bondades, amén de la recesión norteamericana y global que por ahora nos apabulla.
Ojalá que el siguiente sea benigno y lleno de bendiciones.
The Pantocrator.
Fotografía: Patrick Costello
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