jueves, 25 de septiembre de 2008

El jardín imaginario

Andrea María, la primera de la fila (y al lado del retrato de Marcel Marceau) y alumnos y alumnas del CENAR, saludando al público al final de la velada.
Jardineros, explicada con palabras, es un grupo de niños y niñas buscando tierra fértil para sembrar. Excavan con sus minúsculas herramientas y tiran la semilla en tierra generosa; luego, cansados de la faena diaria se dejan consentir en los brazos de Morfeo. Al despertar, van al sitio donde han sembrado y para su sorpresa han nacido y (crecido) hermosas flores rojas, azules, amarillas, blancas (me las imagino, claro, porque no existen tales flores), las cuales, en parejas, depositan en un pequeño baúl al pie del retrato del mimo francés. Se marchan.
Pero cuidado, alguien los ha estado espiando. No es ningún violador ni ladrón que abundan en la metrópoli: es Dimas Castellón, el mimo mayor. Se acerca y ve con sorpresa lo que el baúl contiene: un hermoso ramillete de flores. Fin del la obra.

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