jueves, 18 de septiembre de 2008

Disculpen la recomendación, señores y señoras


Julia no escucha los discursos. Fotografía: Marta Repupilli


Hoy que la Patria está de manteles largos, es común oír discursos vacuos, de políticos que nada tienen qué decir (como siempre), y que se ocupan en hablar linduras de la Patria, cuando esa Patria de la que dicen aman tanto, no la quieren ni la estiman.


De los brazos de Morfeo me arrebató el cañonazo número tres de los veinte y uno que rompieron el silencio, y no me quedó más que, después del aseo personal y el desayuno de rigor (ni modo, los actos cívicos los realizan frente a mi domicilio), escuchar la lindura de discursos improvisados por uno u otro funcionario, que ese momento le correspondió su turno para echar mano de la oratoria, que ni fluida ni florida. ¡...Ay, Doctores, doctores! Yo les recomendaría, si es que me permiten, en mi desquiciado juicio, sugerirles la lectura de De la invención retórica y Pro Milone, ambas de Cicerón.


Es lo poco que puedo recomendarles, pero creo que en algo puede ayudarles.

No hay comentarios: