martes, 22 de abril de 2008

Vuelve el tío Nick


Fantasma
Ángel de Roca


El tío Nick era un hombre curtido por el sol y el jornal de la finca.
Usaba sombrero, camisa arremangada y un machete que nunca abandonaba. Sus pies desnudos siempre besaron el suelo a pesar de que un día, los hermanos, le compraron un par de zapatos para que ya no enseñara sus callosos pies. Se los calzó, y no anduvo ni mediodía con ellos cuando llegó completamente enfurruñado a la casa, porque los que estaban hechos para protegerlo le habían dejado ampollados los pies. Y dijo: Si eso era andar calzado, para él no eran esas mierdas.
El tío Nick, tal y como era, con sus pies callosos, apagaba las brasas y los cigarros que osaban ponerse en su camino. En la jerga de Juan "Chillamona" era "Tractorcito de dos bandas."
Recuerdo que cuando visitaba la casa, ya la noche era dueña y señora de toda la villa y el tío Nick, ni intenciones tenía de abandonar nuestra morada. Siempre nos visitaba ebrio. Mi tía Antonia, siendo considerada lo acompañaba hasta la suya, y ya estando con su mujer le decía a mi tía que no era posible que se fuera sola, que la acompañaría hasta su casa. Eso era un ir y venir, desde cerca del cementerio hasta la nuestra casa.
Un día de tantos se murió el tío Nick. Estando en el camposanto, mi tía Antonia, como siempre, sacándole el jugo a las adversidades. Ya renunciaba el sol a darnos luz. El cementerio ya eran sombras fantasmales de árboles alagados.
-- Bueno -- dijo mi tía --, vámonos, ahí dejemos a Nico. De todas maneras aquí ya tiene compañía.
Lo dijo como si en realidad todavía estuviera vivo.

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