viernes, 18 de abril de 2008

El tío Nick

Fantasma terrenal
Fotografía. Specius


Casi en la raya de la jornada oficinesca. Mi primo político, "El Puma" (nada que ver con José Luis Rodríguez, ni en el parecido siquiera), antes de marcar la hora de salida se acerca y me comenta que Ana, mi prima ya está en la universidad. Es un decir y de no tomar tan en serio la vida, o de reírse de la vida, aún en las situaciones muy adversas.
Resulta que Ana no va a la universidad sino a un colegio donde la educación es gratuita. Por diversos motivos no terminó el primer grado, y me arriesgo a pensar que nunca supo diferenciar una "O" de una "Q", porque un buen día la encontré y en su charla sencilla me comentó que ya podía escribir "pollo", "sal", "silla", "ave", "carro", etc. Palabras sencillas, me dijo, ya eran de su dominio manual (motor) y cerebral (agrego yo), pero términos difíciles, aún no. Se siente feliz, ya mucho es el avance que ha hecho. ¿Y quién no se sentiría feliz con semejante proeza? La felicito y la invito a que no ceje en su propósito, que al final tendrá su recompensa. Situación parecida fue la de mi abuela por el lado paterno, que con cincuenta y pico de años en su haber aprendió a leer y a escribir con la ayuda de sus nietos e hijos. Dijo que con haber aprendido a leer y a escribir se le había encendido una luz en su camino. Es muy posible y muy cierto.
Luego, el mentado "Puma" me comentó que en su casa tenía a la Sabina (su suegra y mi tía política), y ocupado como estaba, sólo atiné a decirle entre pregunta y afirmación: "¿Ha venido Nick, pues?". Y la bendita pregunta-afirmación se la hice tres veces, como cuñitas entre la conversación sostenida.
Retrocedí la cinta mental, y a lo lejos recordé algo sobre un cocotero, una escalada al palmáceo y un machete. Era el recuerdo del tío Nick, que subió a cortar unos cocos, perdió el equilibrio y cayó al vacío para no abrir los ojos jamás. El machete sí quedó bien asido al cocotero, no quiso irse con el tío Nick. Según cuentan la palmera fue arrancada de raíz, por culpable de no sostener a mi tío en el momento que más lo hubiesen deseado mis parientes.

3 comentarios:

JP dijo...

La verdad es que el tema de la Universidad, y si ir a ella significa sentar la cabeza cada vez está más en duda, al menos en España. Y es que un nuevo cambio generacional está aquí, muy influido por cuestiones sociales y demográficas.

Julio César Orellana Rivera dijo...

Creo que es un síntoma de la enfermedad que estamos padeciendo todos los países. A los políticos sólo les importa eso, la política.
Sería material para una entrada de ambos, ¿no crees? Te invito a que hagas una y por mi parte haré la mía.

Julio César Orellana Rivera dijo...

Creo que es un s�ntoma de la enfermedad que todos los pa�ses estamos padeciendo. Ser�a para ambos material de una entrada, �no crees? Te invito a que lo hagas y por mi parte har� la m�a.