Que alce la mano aquél que nunca ha dudado. Si hasta el mismo Jesucristo en el momento supremo de su propia agonía lo hizo. A mí las dudas me sirven para reflexionar y encontrar alguna posible verdad. En más de alguna vez (creo) logro acertar.
domingo, 9 de marzo de 2008
Ecos de luz
Me asomé al balcón de tu presencia, porque ecos de luz bañaban la habitación de enfrente
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