viernes, 14 de marzo de 2008

La corista


Ayer Andrea María llegó muy feliz, y no era para menos: a cuatro de sus compañeras y a ella, Sor Olga las escogió para integrar el coro del colegio. Estaban en la clase de inglés, cuando la religiosa le dijo a la maestra que le prestara a cinco niñas. Fue para decirles que, desde ese momento, pasaban oficialmente a formar parte del coro del Colegio Esparza. A la vez ensayaron, porque hoy habría misa con cantos que interpretaría el coro. Ella estaba muy feliz. ¿Y quién no, si a esa edad uno necesita estímulos, que en la adultez nos ayudan emocionalmente?

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