domingo, 11 de enero de 2009

El engaño


Esto no es una pipa. Fotografía: Miguel Camacho


Para Rubidia Vaquerano,
que un día me tomo el (escaso) pelo.


Pasé a dejar unos documentos al cubículo del licienciado Martínez. Una voz me sorprendió:

-- Julio César, quiere un suspiro.

Y yo bien contento, dije:

-- ¡Sí!

Cerró la boca, tomo aire y levantó el pecho: ¡...Aaah!

Y yo quedé con la boca abierta, porque había sido víctima del engaño.

-- No, de verdad, quiere uno.

-- ...A la hora del café.




San Salvador, diciembre 07 de 1993

1 comentario:

Franz dijo...

Si somos objetivos no hubo engaño, hubo una interpretación equivocada de un termino ambiguo... me pregunto que hubiera pasado de haberle ofrecido una "peperecha" Ja, saludos!!!!