Que alce la mano aquél que nunca ha dudado. Si hasta el mismo Jesucristo en el momento supremo de su propia agonía lo hizo. A mí las dudas me sirven para reflexionar y encontrar alguna posible verdad. En más de alguna vez (creo) logro acertar.
martes, 5 de agosto de 2008
Ofrenda*
Piel ardida en aguas turbulentas; camino de apóstol andado con tanta entereza; ofrenda lírica al final de la cuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario