Fotografía: Jesús Guzmán-Moya
Creyó ver el ábrego y la lluvia que consigo traía. Creyó escuchar los relámpagos y los truenos, y creyó ver serpentear los rayos que se precipitaban hacia la tierra. Digo creyó ver y escuchar, porque era loco, sordo y ciego de nacimiento, y con el agravante de que un rayo lo despedazó en el instante mismo en que creía ver y escuchar.
1 comentario:
Que bien que me robaste la foto... gracias por preguntarme si la podías usar.
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