miércoles, 18 de febrero de 2009

La oveja negra

La oveja negra de la familia
Fotografía: Mercedes Teomiro
-- En cualquier atmósfera laboral, siempre hay una oveja negra -- dijo Sebastián cuando le comenté que en todo el departamento sólo había una oveja negra.



-- Claro -- remachó Óscar --, en la oficina hay uno, dos , tres,..



-- Sí, ¿pero es que esa lacra nunca se va a acabar?



-- Nunca, y quizá existe desde que el mundo es mundo -- comentó ambiguamente Sebastián.



Los comentarios habían surgido durante el almuerzo, justo en el momento en que Jaime Espronceda venía fúrico, porque la oveja negra del departamento le había puesto el dedo a todo el mundo con la intención de un ascenso dentro de la estructura jerárquica.



-- Lo bueno es que le saqué la lengua esa vil rata de alcantarilla.



-- Por lo menos supiste canalizar tu cólera por otra carretera, Jaime -- dijo entre carcajada y carcajada, Óscar.



-- Es que cuando digo le saque la lengua, me refiero a que casi lo ahorco con estas mis manos, que son tenazas de cangrejo.

1 comentario:

Franz dijo...

lo inevitable en todo caso, para que hayan ovejas blancas debe haber una negra, cuestión de equilibrio...