¡Craso error!

Declaración de bienes de Mónica Chuji 05. Presidencia de Ecuador

Fue el propio declarante quién, vía telefónica me informó que su declaración de renta tenía "inconsistencias". De surrealista tildó mi intelecto esa "inconsistencia", no por la voz a al otro extremo de los hilos mágicos sino porque durante los años que tengo de elaborar declaraciones de renta, nunca, una declaración, el fisco (en voz de Javier) me la declaraba inconsistente. Pensé, y así se lo manifesté a mi amigo, que en algún ingreso por premios literarios le habían descontado renta y que esa podría ser la "bendita inconsistencia". La situación era que yo quería agotar todas las posibilidades, algún resquicio por el cual la declaración tenía un error.

Recuerdo que en esa ocasión estaba con cuatro declaraciones, incluyendo la mía, ya era bastante noche y corría el peligro, casi inminente, de que el transporte colectivo me dejara. A vuelo de pájaro les di una revisión y las aprobé, más por la prisa que por la revisión concienzuda. Y el resultado fue desastroso: a Javier aún no le devuelven lo que por derecho le pertenece.

Días despues, Javier me llamó para preguntarme sobre el asunto de su declaración. Le dije que un amigo me iba a averiguar la tal "inconsistencia", porque las dificultades en la oficina me lo impedían; pero pudo más el orgullo propio que otra cosa y decidí hacer la llamada al Ministerio de Hacienda. La llamada de mi amigo me provocó una nueva revisión; fue entonces, que me enteré de mi gran error: en la casilla 250 ( Renta por ganancia de capital) del formulario F-11 había escrito un monto de diez dólares que ni por asomo existían.

Craso error el mío. Un error de digitación evitó que mi colega tuviera en sus manos el efectivo, que desde hace mucho tiempo le corresponde.

Mañana le enviaré con don Moisés, el mensajero de la oficina, y espero que mi amigo, en poco más de un mes obtenga se devolución.