Fotografía: José M. Pantaleón I.
El copetón es el mismo cheje o pájaro carpintero. Venancio Rodríguez, en cierta ocasión, que de una bomba llevamos cantaradas de agua para la construcción del puente "Caricias," les dijo a mis compañeros que yo era un "Copetón." Y pocos compañeros le siguieron la guasa. Algunos, creo, me defendieron de tan insidiosas palabras, porque era nuevo en la escuela y mi persona no supuraba (ni supura) mala leche. Entre ellos, sin mal no recuerdo, estaban Abrahám y Lichi, hermanos que no se parecían en nada en su actitud: mientras que el primero era callado y un poco tímido, el segundo hablaba hasta por los codos y molestaba más que tres personas juntas.
El pobre Venancio, como tenía muy mala dentadura, le apostó a ahorrar una buena suma de colones para ponerse un puente, y fue tan mal trabajo que, cuando sus dientes pretendían arrancar un pedazo de caña, éstos quedaban asidos a la rolliza vara; así que mejor ni comerla. Quedan muchos recuerdos en el tintero; otro día, en la medida que la meroria me los dicte, los iré escribiendo.
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