lunes, 7 de julio de 2008

Después del trabajo... ¡uf!

Por la tarde... tareas. Fotografía: Grace 67


El trabajo es agotador, máxime si se expone el físico y la voz a personas que, intolerables y prepotentes quieren, tratan y pretenden intimidarnos con su verborrea inútil. ¡Ay! Gente más mentecata. Olvido los malos ratos de la oficina en casa, cuando Andrea María me recibe y me dice que algo de la tarea colegial no la pudo hacer, que prefirió esperarme. "Quiero que me expliques, porque no entiendo cómo hacerlo."
-- Sólo me tomo el café, acompañado de un pedazo de cemita.
O: "Ayúdame a hacerle marco a este trabajo."
Y con esto me olvido del despiadado trato con los humanos.

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