La distancia se torna ausencia y el tiempo su cómplice.
Cuánto te extaño amor mío, que me siento un náufrago en las inquietas aguas de la soledad; pero mi cabeza se aferra a tu imagen corporal, y me salva de morir de entre los brazos del mar por mí figurado.
Cuánto tiempo sin verte y esta agonía que me tuerce el cuello
Antiguo Cuzcatlán, noviembre 01 de 2000
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