Es costumbre de los colegios católicos celebrar "El Día de la Familia"; el Colegio Esparza es uno de ellos. Ese día convocan al padre y a la madre de cada alumno o alumna para festejarlo con bocadillos típicos. En cada curso el maestro o maestra, junto con los alumnos y alumnas preparan un pequeño acto: oraciones de rigor, bailes de la región, poemas que algún niño o niña recita y algunos pensamientos dedicados a la familia.
En esta ocasión la maestra preparó con las niñas un desfile de frutas. Cada niña, con ayuda del padre o la madre tenía que preparar con el material de su predilección un vestido (por decirlo de algún modo) de la fruta que le correspondía representar. Era todo un paraíso de frutas tropicales: uva, zapote, manzana, fresa, naranja, mango, jícama, sandía, etc.
A Andrea le preparamos un hermosa tajada de sandía con fomi color verde para la cáscara y rojo para la sabrosa pulpa y además, para que la fruta resultara más creativa, en lugar de que las semillas fueran de fomi, con ayuda de silicona le pegamos botones negros. La maestra llamaba a cada una por su nombre de fruta: Miss Manzana, Miss Uva, Miss Fresa,... Miss Sandía. La sorpresa era que el mejor traje, la que desfilara con gracia y la que mejor se expresara ante el público (nosotros) ganaría la diadema de la "Reina de la Frutas". Dos desfiles fueron suficientes para que el público aplaudiera con mayor fuerza a Miss Sandía. Miss Sandía iba vestida con un pantalón verde y una blusa roja que le ayudaba a entonar el color de la fruta por ella representada. Andrea se sentía (y se notaba en su rostro) muy feliz por el triunfo obtenido.
Al final y para terminar el festejo, hubo un tamal (comida típica) y una soda (bebida que desentonó con el bocadillo) que disfrutamos tanto los padres como las madres de familia.
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