sábado, 28 de junio de 2008

El bromista

Bromista. Fotografía: María Panta Falcón


Asistimos al velatorio de "El Colochón". Le dimos el pésame a la viuda, a su hijo y a la hermana del difunto. Lo vi tras la vitrina funeraria. Por primera vez lo vi muy serio; él, que siempre sacaba alegrías de la tristeza, ahora no quería reír.

Alguien dijo que si el ataúd se lo hubiera dado la alcaldía, de seguro su largo cuerpo no habría cabido dentro de su actual dormitorio.

-- Sí, le dije yo, hubiera quedado encogido.

Hoy, a la una y media de la tarde será la misa de cuerpo presente, y luego el traslado de sus restos al cementerio de los ricos (aunque él no lo era). Una vez lo mandaron de la alcaldía a la frontera México - Estados Unidos a traer un camión recolector de basura. Al regresar le dijo a su mujer:

-- Gladis, vieras cómo nos apludían cuando llegamos.

-- Habìa gente esperándolos.

-- No. Las nalgas del gran frío.

Esa es una de sus bromas y como esas abundan.



* * *



Dicen que aquí, en la alcaldía, nunca se va (se muere) alguien solo, siempre se lleva a un compañero. Y con Raúl se ha cumplido. Ayer mismo nos dimos cuenta que, Ibáñez, un ex agente del CAM (Cuerpo de Agentes Metropolitanos) fue hallado muerto a picahielo limpio en el motel San Juan, de Santa Tecla.

Cosas de la vida... y de la muerte.



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