Fotografía: Juan José García
Los ahora santos, quizás nunca fueron tan santos. Hay un halo de prestigio creado a partir de los eclesiásticos que los conocieron y del santoral, escrito por autores de gran valía. A esto habría que agregar, el rosario de milagros que en vida obraron o que habiendo pisado los recintos de la Muerte no dejaron de hacer. La vox pópuli añade y mitifica hechos que quizá nunca sucedieron, pero que ayudan al ahora santo a cubrirlo de un prestigio insospechado, que en vida, creo, quizá nunca soñó tener en su espalda.
Ahora, arriba o abajo o dónde esté, ignora el prestigio con el que está envuelta su difunta humanidad, de hombre bueno, justo, caritativo con su prójimo; pero en verdad, sólo él sabrá si fue un hombre caritativo con su prójimo, justo, bueno.
Ahora, arriba o abajo o dónde esté, ignora el prestigio con el que está envuelta su difunta humanidad, de hombre bueno, justo, caritativo con su prójimo; pero en verdad, sólo él sabrá si fue un hombre caritativo con su prójimo, justo, bueno.
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