jueves, 10 de septiembre de 2015

La salud de los muertos




La salud de los muertos
cada vez está peor.

Se sientan en la plaza,
fuman un cigarrillo,
hablan de sus dolencias.
Se quejan de reumatís
y de dolor de muelas.

El cáncer de próstata
me afecta todavía,
y a mis años no sé
si aguantaré el calvario
por más tiempo. Son ciento
treinta y cinco años ya
de soportar mi dolor.

El tiempo es implacable
y no perdona sea
quién sea. La religión
que profese no importa
ni su raza tampoco.

En la cabeza siento
un punzón que me mata
y el analgésico
ya no domina el dolor,
pero a veces me olvido
de él no recordándolo.

Mira: La gente pasa
y no nos ve ni siente
nada por estos fieles
difuntos, que su vida
dieron muriéndose.

Sí. ¿Será que nos vamos?
La noche se avecina.
Un resfriado podemos
pescar. Luego, recuerda,
que ni las medicinas
se encuentran pagando
en la red del gobierno.

Tienes razón. Vámonos.
Maravilloso hubiera
sido que así de golpe
crearan la pastilla
contra la imbécil Muerte.

¡Cierto! Pero vámonos
a dormir, que la fosa
añora nuestros cuerpos.

Por el sendero
de polvo, dos fantasmas
invisibles al ojo
humano, como cada
noche, van camino
al destino que a todos,
sin prisa, nos espera.



03/04/2015, 12: 05 a. m. (Viernes Santo)


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